Hace ocho años, en 2015, dos hermanas de la Marina Alta, Tere y Dora, decidieron dar un giro a su vida y comenzar un nuevo negocio basado en una receta familiar: las cocas de la abuela. Se pusieron manos a la obra y reabrieron un bar del pueblo con una idea en mente, vender cocas valencianas caseras.
Originarias de Orba, las hermanas decidieron llevar primero su receta familiar a una feria local, donde montaron una carpa y comenzaron a venderlas. El éxito fue tal que pronto recibieron llamadas de otras ferias y eventos, lo que las llevó a hacerse con un food truck. Ahora, tienen dos vehículos, uno para ferias de 4 a 5 días y otro más pequeño para eventos privados como bodas, cumpleaños o fiestas de empresa.
«Lo que triunfa es lo casero, estamos cansados de comida basura o precocinados«, comenta Dora. En su food truck, todo es 100% natural. Si hace falta, pelan 40 kilos de cebollas para las cocas de cebolla y tomate, y llevan los rellenos ya preparados desde su obrador. Cuando están en eventos, al final de la jornada preparan la masa desde el camión para el día siguiente. Todo se hace en casa.
Además de su food truck, La Coquería tiene planes de expandirse a través de una franquicia, para la que las hermanas buscan algún interesado. Ellas proporcionarían la marca y suministrarían los rellenos a los franquiciados. «Me gustaría que alguien tire para adelante con 2 o 3 coquerías, es un negocio que si funciona con un ‘foodtruck’, con un local de 10m2 en un punto de paso de mucha gente, también puede tener éxito», explica Dora.
A pesar de la pandemia, que obligó a cerrar su local en Dénia solo seis meses después de su apertura, las hermanas siguen adelante con su negocio. «En la Comunitat nos han engullido las pizzas, coquerías como tal, no restaurantes, no hay. Por eso queremos poner en valor las coquerías, que son muy nuestras, valencianas, como un lugar para comerte algo rápido y de paso», añade.
Con su pasión por la comida casera y su deseo de poner en valor las cocas, las hermanas están llevando su receta familiar a toda la Comunitat Valenciana. Y, ¿quién sabe? Tal vez pronto veamos una coquería en cada esquina.