Tal vez las hayas notado en alguna ocasión mientras caminabas por la calle sin prestarles demasiada atención. O quizás te has apoyado en una pared y has sentido una protuberancia que se clava en tu espalda, y al girarte, has descubierto un puerto USB emergiendo de la pared como si buscara escapar de ella. Estamos hablando de las «Dead Drops», una obra artística y tecnológica que ha estado presente en la ciudad de Valencia durante más de una década.
Esta innovadora iniciativa es idea de Aran Bartholl, un destacado artista berlinés que, a partir de 2010, comenzó a instalar dispositivos de almacenamiento USB incrustados en los muros de la ciudad. Su objetivo era compartir todo tipo de información y fomentar la reflexión sobre la libertad de expresión.
De acuerdo con el mapa de los puntos «Dead Drops» en todo el mundo, se han distribuido más de 2.000 unidades de almacenamiento, que van desde lugares evidentes como Valencia hasta islas más remotas como Samoa o Maui.
Según el mapa, en Valencia quedan 4 de estas memorias que todavía están en funcionamiento (o aparentan estarlo según su último estado), con un rastro que pasa por Cullera, Sagunto o la ciudad de Valencia. A continuación detallamos la localización de cada USB y su contenido:
- Cullera: ubicado en Calle del Comadant Valero 8. Un USB abierto a la creatividad, donde la gente puede volcar cualquier proyecto artístico.
- Sagunto: Calle Vent de Marinada, USB de 1GB, se desconoce el contenido.
- Benimaclet: Plaça d’Emili Beüt i Belenguer, establecido por Books N Jocs como parte de la red.
- El Carmen: Carrer de la Creu, la memoria USB contiene el manifiesto del proyecto, el archivo de instrucciones y uno o dos otros obsequios.
Al final es cosa de mirar el mapa, entretenerse a buscar y empezar nuestra propia búsqueda del tesoro de la información.