En el embalse de Benagéber, el exceso de agua no se elimina solo abriendo las compuertas. Un impresionante agujero de grandes dimensiones en el margen izquierdo atrae las miradas de todos los que lo visitan. Se trata de un aliviadero tipo «Morning Glory», y es uno de los pocos que hay en toda España.
Este mecanismo de ingeniería hidráulica, con forma de campana invertida, ayuda a evacuar el agua en periodos de lluvias torrenciales o cuando la presa se encuentra en niveles máximos. Similar a las compuertas, el agua que se desprende por esta vía acaba abajo de la presa para ser liberada y producir así energía.
Su objetivo principal es garantizar que el agua no rebasa en ningún momento la coronación de la presa. Como dato, el embalse tiene una superficie de 721 hectáreas, con un volumen útil 221 hectómetros cúbicos.
Visualmente espectacular, también es elemento bastante peligroso al que uno nunca debe acercarse. Sobra decir que a este aliviadero no se puede acceder, pero sí se puede contemplar desde la distancia, después de realizar alguna de las rutas de senderismo por la zona o actividades deportivas en este entorno natural por el que discurre el río Turia.
Una de las rutas más populares es la ruta circular, con inicio y final en el embalse de Benagéber. Por el recorrido, que puede ser de unos 10 kilómetros según itinerario, el sendero atraviesa la zona del cañón del río Turia, los Chorros de Barchel, la Cueva de Barchel, el puente colgante y el Pico Franco, con una elevación de 869 metros sobre el nivel del mar, antes de finalizar de nuevo en el embalse. Todo en una zona declarada Paraje Natural Municipal desde 2016.
Otro de los senderos recomendados, que se puede realizar con facilidad, es el que une la presa con los chorros de Barchel. Es una versión reducida del anterior recorrido, con poco desnivel (unos 100 metros) y que se completa en la mitad de tiempo, entre 2 y 3 horas.