La calle San Vicente Mártir es para Valencia, lo que la Gran Vía de les Corts Catalanes es para Barcelona o la calle Alcalá para Madrid. Uno de esos trazados urbanos que nos parecen interminables y para el que siempre se necesita una indicación como el número o cruce para no acabar en el otro extremo de la ciudad.
Esta calle es tan larga que incluso habitantes de Valencia no la han recorrido nunca de principio a fin. Así que hoy echamos la vista atrás para recuperar algunos datos históricos y sorprendentes sobre una de las calles principales de la ciudad.
Por aquí transcurría la Vía Augusta romana
Esta calle mantiene su trazado inicial desde hace 17 siglos y está construida sobre el antiguo trazado de la Vía Augusta del imperio romano. Esta vía cruzada toda España de norte a sur y hoy todavía podemos apreciarlo si nos acercamos a la entrada del Monasterio de la Roqueta, en el cruce entre la calle con plaza España. Una pequeña columna de piedra en el suelo nos recuerda este trazado.
Tiene un total de 3,8 kilómetros
La longitud oficial de esta calle son 3,790 metros. La numeración empieza a contar desde la plaza de la Reina en pleno centro de Valencia y acaba al borde de la autovía V-30, en el barrio de la Cruz Cubierta y San Marcelino. En total, más de 420 portales. Así que por eso siempre hay que indicar a qué altura de la calle queremos ir. Además, durante siglos, fue considerada la calle más larga de España.
Un paseo por los barrios de Valencia
Recorrer la calle San Vicente puede ser también una gran actividad cultural y turística para obtener una impresión de general de Valencia.
Si arrancamos desde el centro de la ciudad, podremos ver la Catedral, las tiendas de souvenirs, el Teatro Olympia, la plaza del Ayuntamiento y San Agustín. Si continuamos más allá de plaza España, nos encontraremos con el contraste de una zona vacía de turistas y rodeados de barrios emblemáticos como Arrancapins, El Mercat o Sant Francesc hasta llegar a la Cruz Cubierta.
La Cruz Cubierta marca la entrada a la ciudad
Al final de la calle encontramos una cruz gótica del siglo XV protegida por un templete de la misma época que nos indica que estamos a punto de abandonar la ciudad. Aunque la calle se extiende unos metros más hacia las afueras, este punto siempre se ha considerado el fin de Valencia como ciudad. De hecho, la festividad de San Vicente Mártir, patrón de la ciudad, se celebra siempre «de cruces para dentro». Popularmente, la gente se refiere a esta cruz como la ‘Cruz Cubierta’.