La Estación del Norte de Valencia es uno de esos espacios que toda ciudad quiere tener. Un majestuoso punto de idas y venidas, que se mantiene fiel a su estilo desde su construcción en 1917. Las razones para visitarla son numerosas, pero hay una que siempre prevalece sobre el resto: su sala de los mosaicos.
La antigua cafetería de la estación reúne hoy en sus paredes una colección insólita de mosaicos costumbristas valencianos. Enormes paneles cerámicos nos acercan las costumbres y enclaves de la provincia de Valencia como las Fallas a través de unas falleras, los campos de arroz de la Albufera o el icónico Miguelete.
Tras décadas cerrada al público, ahora podemos contemplar la máxima expresión de la técnica del trencadis, junto con cerámicas vidriadas, metales y lámparas colgantes. Aunque el diseño de la estación es obra del arquitecto valenciano Demetrio Ribes, se rodeó del ceramista Lluís Bru, también escenógrafo del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, Gregorio Muñoz Dueñas, autor de gran parte de los mosaicos, y Valencia Industrial de Burjassot.
Las diferentes tonalidades de verde, rojo y azul nos transportan de lleno a los paisajes del extrarradio de la ciudad de Valencia, al igual que los detalles de la fachada exterior y las antigua taquillas de madera que todavía permanecen. La Estación del Norte es uno de los puntos de Valencia que pide una visita obligada.
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