Corto, pero intenso. Así fue el periodo en el que València se convirtió en capital de España. Fue durante la II República, concretamente desde el 7 de noviembre de 1936 al 6 de octubre de 1937. O lo que es lo mismo: 11 meses.
Ese año el presidente Largo Caballero y todo su equipo emprendieron un viaje a tierras valencianas para proteger al gobierno frente al asedio de las tropas franquistas a Madrid en plena Guerra Civil. La huida hacia el este provocó que Valencia se transformara en el centro de atención de un país que vivía las horas más complicadas de su historia.
La mudanza del poder ejecutivo y legislativo de la República ocurrió de la noche a la mañana y la actual sede de les Corts, el Palacio de los Borja, se erigió como centro de operaciones republicano. Como símbolo y centro de la resistencia republicana, Valencia también acogió gran parte de los movimientos culturales de la época.
En julio del 37 celebró el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura, lo que se tradujo en visitas de artistas de reconocido prestigio internacional como Neruda, Octavio Paz, Hemingway, John Dos Passo, Malraux, Antonio Machado o León Felipe, entre otros.
A los intelectuales le siguieron los diplomáticos, sindicatos, espías y movimientos antifascistas de toda Europa. Se sucedieron constantes manifestaciones y mítines de organizaciones vinculadas a la izquierda política, así como celebraciones culturales con un marcado contenido político, ya fuese cine, teatro u otros espectáculos en vivo. ¡Hasta el órgano anterior al KGB ruso tuvo aquí un centro de operaciones!
En octubre de 1937 la capital se desplazó de nuevo a Barcelona, pero Valencia no fuese su única localización en la Comunitat. Elda y Petrer, en Alicante, fueron las última sedes del gobierno republicano.
Foto de portada: Sepia VLC