En la última revisión realizada por la Real Academia de la Lengua se han añadido 280 nuevos términos, entre estos se ha introducido una palabra imprescindible en la terreta: ‘garrofón’. Dicha legumbre es de suma importancia para la preparación del plato estrella de Valencia, sin el garrofón una paella ya no es una paella. Debido al reconocimiento internacional de este plato, los académicos de la lengua han decidido incorporar el término al Diccionario.
El garrofón se define como: «m. Variedad de judía grande y plana, utilizada especialmente en la paella». Y respecto a su etimología se dice: «Del cat. garrofón, y este de garrofa ‘algarroba'». Así la RAE ha correlacionado de forma directa el ingrediente con el plato. El primer uso de esta palabra en castellano data de 1951 por el escritor valenciano Andrés Monzó Nogués.
El garrofón, en peligro de extinción
Dejando de lado las celebraciones, es importante recalcar que el garrofón está en peligro. Estudios recientes llevados a cabo por la Universidad Politécnica de Valencia han demostrado que la evolución del cambio climático y la consecuente subida de las temperaturas haría imposible el cultivo de esta judía. Si esto sucediera la receta original de la paella se vería seriamente amenazada, un verdadero desastre teniendo en cuenta que este plato se considera Bien de Interés Cultural.
Los ingredientes están claros: agua, sal, arroz, aceite de oliva, tomate, azafrán, bachoqueta, pollo, conejo, y, por supuesto, garrofón. Sin alguno de estos no estamos ante una paella valenciana auténtica. Hoy celebramos la incorporación del garrofón al Diccionario por parte de la RAE, pero sin olvidar que este estará en grave peligro si no se logra frenar el calentamiento global.