
El barrio chino de Valencia, o Chinatown, es desde hace años una realidad. Sin embargo, no hay un símbolo evidente que lo identifique. Es por ello que el Ayuntamiento de Valencia inició en 2021 un proceso para convertir la ciudad en la primera de España en reconocer el valor de este barrio a partir de una propuesta vecinal que promovía la instalación de dos arcos de estilo oriental en su entrada.
El cruce de la calle Xàtiva con Pelayo era (y es) el punto elegido para esta intervención surgida de los presupuestos participativos de Valencia. Sin embargo, la instalación inicial de una portada asiática da paso ahora a un «hito multicultural único, original y exclusivo de la ciudad», según ha detallado el Ayuntamiento en un comunicado este martes.
«Este hito podría ser desde un elemento o un símbolo, una placa o cualquier cuestión que dé respuesta al proceso de participación ciudadana», ha explicado este martes el concejal de Turismo, Emiliano García.
La Concejalía de Turismo está preparando, con la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana y en colaboración con la Capitalidad del Diseño, la construcción de un elemento que reconozca la singularidad del barrio de La Roqueta, a la derecha de la Estación del Norte. Y siempre y cuando «se integre con su entorno y cuente con el consenso de los vecinos y vecinas de la zona».
El Ayuntamiento busca con esta nueva iniciativa solucionar las fricciones que han surgido entre los vecinos de la zona, ya que algunos sectores rechazaron la instalación de los arcos e incluso recogieron firmas en contra.
El proyecto de los arcos chinos fue uno de los más votados en la fase final de los presupuestos Decidim València. La propuesta de un vecino contaba con encargar el diseño al Gremio de Artistas Falleros a partir de un presupuesto de 14.000 euros
Consultado por Valencia Secreta, el Ayuntamiento de Valencia explica que, aunque la propuesta inicial surgida de Decidim València contaba con unos arcos de grandes dimensiones, siempre se ha tenido en cuenta la opinión de los vecinos y la valoración previa de Patrimonio ante cualquier intervención que afecte a Ciutat Vella.
Es por eso que el Ayuntamiento ahora valora cualquier intervención, desde un arco hasta una placa, siempre que surja de la colaboración con los diseñadores valencianos.