La imprevisible evolución de la historia también se da en Valencia. El barrio de La Roqueta, entre las calles Convento Jerusalén, Xàtiva y San Vicente Mártir, acoge hoy una de las comunidades extranjeras más grandes de la ciudad. La población china ha dinamizado el entorno de la Estación del Norte, pero en esta zona de la ciudad hoy no quedan monumentos alrededor y el único que se levanta es efímero, pasto de las llamas cada 19 de marzo.
La calle Convento Jerusalén es un icono de Valencia, pero en ella no hay ni convento ni pedazos de la ciudad israelí. Entonces, ¿de dónde viene su nombre? Tenemos que viajar unos cuantos siglos atrás para entender su significado.
En el siglo XV se instaló aquí un convento franciscano de mujeres con ese nombre y una iglesia adyacente. Según datos histórico de J. Diez Arnal, el centro pertenecía a la advocación de la Virgen de Santa Maria del Espasmo. De hecho, el propio papa Alejandro VI fue quien concedió en 1496 un permiso a las monjas de esta orden para poder ocupar el monasterio.
La iglesia presentaba una combinación de estilos gótico y barroco. Y decimos «presentaba» porque efectivamente hoy no hay rastro de ella.
El convento fue parcialmente destruido por los españoles en 1811 después de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Se restauró después del conflicto, pero apenas 20 años después, con la desamortización de Mendizábal, quedó abandonado.
Desde 1835 tardaría todavía casi un siglo en desaparecer por completo. Fue demolido en 1933 y dicen que su puerta de acceso fue regalada al Ayuntamiento, pero se desconoce quién la puede tener y dónde se almacena.
Foto de portada: Mixuro