Pocas cosas más apetecibles que una buena horchata con fartons. Junto con la paella esta bebida es una de las recetas más reconocibles de Valencia. Pero además su origen tiene su parte de leyenda también. Bueno, más que de la horchata en sí, la leyenda lo que cuenta es cómo llegó a tener ese nombre.
¿Por qué horchata y no otro nombre?
Según el mito, esto es cosa del mismísimo Jaime I. Cuando el rey volvía a la ciudad se encontró con una campesina al margen del camino, que le ofreció una bebida vegetal lechosa. Cuando la probó, el monarca exclamaría “Açò és or, xata!” (“¡Esto es oro, chata!”), adoptando poco a poco ese nombre como definitivo.
La realidad parece ser otra: el término provendría del latín hordeata, que significa “de cebada” en referencia al agua de cebada, de donde viene el refresco. De ahí derivó al italiano orzata (orzo = cebada) y así hasta el término actual.
El origen de la horchata
La de chufa, nuestra horchata, viene de los musulmanes. Cuando invadieron la Península en el año 711 trajeron consigo este tubérculo, cultivado en las riberas del Nilo. Y descubrieron en el proceso que las tierras valencianas eran más que aptas para el desarrollo de la chufa.
De hecho, en sarcófagos egipcios se han descubierto vasos con restos de infusión de chufa. Tanto árabes como persas hablaban mucho de los beneficios diuréticos y energéticos del tubérculo.
La receta se mantuvo sencilla: agua, azúcar y chufas mojadas (o molidas), a lo que se le añade canela y la piel de un limón. Ya desde el siglo XIII se viene conociendo, aunque por aquel entonces se le conocía como llet de xufes.
Virtudes de la horchata
Si decimos que la horchata es una bebida de dioses lo decimos porque es de lo más sano que puedes tomar. No solamente tiene múltiples beneficios para tu salud, eso ya lo descubrieron los persas.
Es rica en minerales (fósforo, calcio, magnesio y hierro) y en vitaminas C y E. Apenas tiene sodio, lo que es bueno para los hipertensos. Tampoco tiene lactosa, caseína ni gluten: de natural es apta para intolerantes y celíacos. Es una buena ayuda contra los procesos diarreicos, es muy energética (100 kcal por cada 100 g) y encima, es afrodisíaca. ¿Qué más razones necesitas?
Fuente de la imagen de portada: Bebidadechufa.com