Un callejón más, triste y degradado en pleno barrio del Carmen. Así era la calle Moret hace apenas unos años cuando los vecinos del barrio eran los únicos que atravesaban esta zona. Hoy, sin embargo, es una de las más visitadas de Valencia y una de las más coloridas, lo que le ha hecho ganarse el sobrenombre de «Calle de los colores». Sus más de 70 metros lineales dan buena cuenta de ello.
La idea de revitalizar este espacio mediante el arte urbano se le ocurrió a Alfonso Calza, fotógrafo que cuenta con un estudio en la misma calle. El objetivo era devolver un poco de vida al entorno mediante la participación de artistas urbanos para que pintaran murales de grandes dimensiones.
Rápidamente a la iniciativa se unieron algunos representes de los murales como Zíngaro, Deih y Capiflex para, a finales de 2016, crear imágenes ya tan reconocibles como la de la chica sobre el puente, el grafiti del beso o la del chico que toca la batería en plena calle. Estos fueron pintados por Luis Lonjedo.
A partir de este proyecto, hay otras zonas de la ciudad que también se han convertido en museos de arte moderno al aire libre y han dado a Valencia una posición destacada entre las ciudades con los mejores murales y grafitis de Europa. De hecho, la ciudad cuenta con dos muralistas reconocidos internacionalmente como PichiAvo, que diseñarán la falla municipal, y Escif, el ‘Banksy valenciano’.
Foto de portada: @caradegato69 / Instagram