Dice la Real Academia Española que el amor es un «sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser». Lo que no matiza es si el encuentro es necesariamente físico. ¿Puede existir el amor con distancia de por medio? Claro que sí: puede y existe. Por eso mismo, en este año tan atípico, hemos aprovechado este San Valentín (también atípico) para preguntaros por las historias de amor más sorprendentes. Y aquí las tenemos.
1. El buen amor de una madre (@clamarongiu)
En este año tan difícil he tenido el coraje de querer aprender a comunicarme con sinceridad con mi madre, explicándole que necesitaba tenerla cerca y que ella se cuidara se su salud mental. Esta decisión, debida a la situación de la pandemia por la cual hemos pasado mucho tiempo juntas después de tanto años, ha sido tan necesaria y urgente que me ha cambiado la vida… ¡en positivo! (¡juego de palabras!). Por la primera vez a los (casi) 27 años siento que me cuido de ella y de reflejo estoy feliz. Lo único que faltaba en mi vida era tener una sana relación familiar.
2. Alma gemela en Chile (@cnde____)
Conocí a mi novia en internet, en plena cuarentena. Ella era una estudiante internacional chilena. Pudimos conocernos cuando recién se podía salir a pasear. Los paseos fueron increíbles. Salíamos todos los días, y nos recorríamos el centro, llenándonos de amor por cada calle de Madrid.
Nuestro primer beso fue bajo la lluvia, a pocos minutos del toque de queda, en la calle Arenal, a la cual, desde entonces, llamamos “Calle del Beso”.
Nos fuimos conociendo. Y fue tan intenso que no nos lo dudamos dos veces, y tras pocos meses de habernos conocido, decidimos irnos de vacaciones juntas. Fue como una luna de miel. Nunca he estado tan enamorada de alguien. Fue mágico.
A la vuelta de vacaciones, nos fuimos a vivir juntas. Fueron meses muy bonitos, con situaciones un tanto complicadas, pero dentro de lo que cabe, preciosos.
Sin embargo, al ser una estudiante de intercambio, ambas sabíamos que el día de su partida llegaría. Lo fuimos asumiendo, con mucho dolor y muchas lágrimas, hasta que el día llegó. El pasado 6 de febrero, volvió a Chile.
Ha dejado en mí un vacío enorme. Cada calle por la que paseo me recuerda a ella. Madrid no es lo mismo sin ella. Pero no cabe duda de que en cuatro meses y medio, me tendrá allá para que pueda enseñarme todo lo bonito de su tierra, y descubrir, como hicimos en Madrid, lo que aguardan las calles, cuando vas de la mano de tu alma gemela.
3. Amor por encima del covid (@gaboenmadrid)
Mi novio de ese entonces se fue a vivir a Barcelona a finales del 2019, sin decirme nada, así que viaje desde Chile para despedirme y cerrar el capítulo. Los días que estuve allá hice match en Tinder con Pierr, un chico que vivía en Francia, cerca de la frontera con Cataluña. Lamentablemente no pudimos conocernos en ese viaje porque yo debía volver, pero seguimos hablando por muchos meses, con videollamadas, mensajes de buenos días y buenas noches, llamadas por horas, intentando congeniar la diferencia horaria. Fue tanta la química que tuvimos que intenté venir en abril para su cumpleaños, pero la pandemia canceló todos los planes. Por eso, decidí buscar una excusa para venirme a vivir a Europa, renuncié a mi trabajo, y así llegué a Madrid a estudiar un máster.
Si bien no pudimos conocernos las primeras semanas por las restricciones sanitarias, pude viajar a Barcelona, él también, y fue ahí donde nos vimos en persona por primera vez. Se sintió como si hubiésemos estado ahí siempre. Luego de esa vez, hemos seguido con las videollamadas, mensajes y cada tres semanas nos juntamos en Madrid, Barcelona o París.
4. Yo a Seúl y tú en Seúl (@anatthis)
Hace tres años me enamoré de mi compañero de prácticas. Por distintos motivos la cosa no pudo ser y fuimos amigos durante dos años. A finales de 2019 yo me fui a vivir a Corea del Sur durante un año, porque siempre había sido mi sueño. Cuando llevaba tres meses allí el chico que me gustaba se me declaró… Pero estábamos a 10.000 km. y con ocho horas de diferencia horaria. Aún así decidimos seguir adelante y empezar una relación, él iba a venir a verme a Seúl en Semana Santa… Pero llegó la pandemia. Aunque al principio pensamos que iba a durar menos y hacíamos planes para vernos, la realidad fue que durante 8 meses seguimos a distancia porque yo no podía viajar a España ni él a Corea. Lo bueno es que pudimos por fin reencontrarnos en septiembre y, tras cinco meses, estamos más enamorado que nunca.
5. El amor de la familia: el más puro (@vivifdm)
¡Hola! Yo soy de Venezuela y tengo unos años viviendo en Madrid, desde el 2018 no voy a Venezuela y mi hermana seguía allá. En el 2019 nació mi sobrinita, y el 1 de diciembre del 2020 llegue a mi casa del trabajo y estaba mi hermana, mi sobrinita y mi cuñado en el salón! Llegaron de sorpresa ♥️ no me lo podía creer
6. Otras formas de pasar el confinamiento (@angelescuestac)
Era 13 de marzo y todos sabíamos que el mundo iba a parar inminentemente. Él, amigo mío desde hacía años, vivía en un estudio minúsculo del centro y yo compartía piso con dos chicas que en cuanto sonaron campanas de confinamiento huyeron a sus pueblos. Los dos sentimos que pasar aquellas dos semanas de marzo solos iba a ser muy duro, así que le invité a pasarlas en mi piso. Sería el fin del mundo, pero al menos lo íbamos a pasar juntos. Esas «solo dos semanas» se convirtieron en más de tres y tan a gusto. Al final decidimos buscar piso juntos. Y ahora, casi un año después, sigo teniendo el mejor compi de piso del mundo.
7. Un primer beso con mascarilla (@_ko.shika_)
Nos conocimos en la biblioteca municipal, y hablábamos de vez en cuando sobre historia, arte y literatura. Él tenía un trabajo temporal y el último día nos declaramos, un lunes. Esa misma semana, el miércoles cerraron institutos y universidades.
Nosotros continuamos hablando por redes sociales hasta que en abril le pregunté si quería empezar una relación (el en Extremadura y yo en Madrid). Jamás he conocido tanto a alguien en una relación a distancia. Lo normal, llamadas, mensajes, videollamadas los viernes (nuestras citas).
Y hasta julio que abrieron las restricciones no lo volví a ver, ahí fue nuestro primer beso. Nada de película por cierto, las mascarillas no ayudaron.
Pasamos todo el verano juntos en Madrid, donde ahora también vive él y nos fuimos al teatro de Mérida de vacaciones.
A pesar de las dificultades que se nos han presentado este año y los problemas personales que hemos pasado (La diferencia de edad no ayudó mucho al principio, él 30 y yo 20).
Pero estoy eternamente agradecida. Para mí ha supuesto un cambio de mentalidad y nos ha enseñado mucho.
8. Hay quien no se casa nunca… y quien se casa dos veces en el mismo año (@aliciaapadron)
Os pongo en situación, nosotros somos de Madrid, pero vivimos en Coruña, así que además de la dificultad que suponía conseguir celebrar una boda con coronavirus, se añadió el problema de que las normativas de Coruña y Madrid no eran las mismas, justo el viernes que bajábamos a Madrid se declaró el estado de alarma, reduciéndose a 6 los asistentes al ayuntamiento donde íbamos a celebrar la boda. Así que, como solo podíamos ser 6 (incluyendo al oficiante y a nosotros) solo pudieron acudir mis padres y mi hermana a la boda, la retransmitimos en vídeo directo por Instagram a todos nuestros amigos y familiares, porque la familia de mi marido estaba en zona confinada también… Esa fue nuestra boda oficial el 16 de octubre. ¡La verdad que lo habíamos pasado tan mal durante todo el año, que fue un respiro poder casarnos por fin, aunque solo fuera firmar, ¡estábamos felices! Y por fin, el 19 diciembre, pudimos hacer la boda más o menos como habíamos planeado, eso sí, ¡con unos 40 invitados en lugar de los 120 que teníamos en un inicio! Pero la verdad que no pudo ser mejor, estábamos todos tan contentos de poder hacerlo y celebrar con la gente que queremos que no pudimos haberlo hecho mejor y sentirnos más apoyados y queridos. Es un año que recordaremos siempre, por el covid y por habernos podido casar… ¡dos veces!
9 El amor pudo más que el covid (@florsagrin)
Les cuento mi historia los planes de matrimonio venían desde mayo de 2019, pero conseguir la apostilla de nuestras cartas de solterías había sido una odisea en Venezuela. Cuando logramos traer los documentos, tocaba el segundo paso, cita en el registro en diciembre del 2019. Nos fue perfecto, nos reímos mucho con el juez de paz, éste quedó tan contento que se autoinvitó a la fiesta. Ese día nos pidieron una fecha tentativa. Que mejor fecha que el 18 de marzo, ya que era nuestro cuarto aniversario como novios. En febrero de 2020 nos notificaron que el registro de la provincia había aprobado todo. La alegría nos invadió, uno de los testigos, el mejor amigo de mi esposo, llegaría de Venezuela justo 5 días antes del Matrimonio el otro testigo era mi primo y estaba en Madrid. Comienzan las noticias de preocupación a nivel mundial por un nuevo virus al parecer mortal.
Los planes de fiesta eran sencillos, mi familia ausente en otro país y la familia de mi esposo pequeñita.
Din embargo queríamos ir a comer a restaurante. No recuerdo la fecha, creo que el 10 de marzo comienzan los rumores de confinamiento hasta que a los pocos días Pedro Sánchez finalmente confirma que España estaba cundida de coronavirus y había que resguardarse. Llamamos al registro y confirmaron la fecha al menos que qusieramos cancelarlo, pero nos había costado mucho conseguir las apostilas de nuestras cartas de soltería como para perder la vigencia así de simple. Confirmamos, pero nos quedamos sin testigos y sin restaurant. Suspendieron los vuelos, no pudo venir el amigo de mi esposo y mi primo en Madrid con el confinamiento, el miedo al contagio y las amenazas de pagar multa de 600 euros a quien estuviera fuera de su casa tampoco pudo ir, totalmente comprensible.
Al final el amor pudo más que el covid, llegó el 18 de marzo acudimos al registro de Santa olalla con las medidas de bioseguridad respectivas.
El juez de paz y la secretaria casi a 4 metros de distancia nos permitieron darnos el sí en época de pandemia y para sellar la unión cerramos con beso de codo que causó risa a los presentes. ¡Ah! Los testigos al final fueron mi suegra y una vecina que acababa de conocer. En casa almorzamos, brindamos y ya luego a dormir sin luna de miel, pero felices, sí amor en tiempos de pandemia.
10. Un año no tan malo para otros (@alejandracoronaigz)
Mi novio y yo nos conocimos el 23 de marzo del 2011, día que marcamos como nuestro aniversario. Desde entonces no habíamos podido vivir juntos, por nuestros trabajos, el es militar y estaba destinado a casi 500Km de distancia, solo nos veíamos los findes desde hace 3 años, ha sido muy duro, y el confinamiento nos ha permitido vivir juntos desde entonces por mi situación de teletrabajo. Me llevé una maleta a su casa, para 15 días, y desde entonces ya vivimos juntos, por fin los dos juntos en Madrid. Aunque para muchas familias en el mundo entero ha sido un año muy difícil, a nosotros nos ha dado la oportunidad de empezar una vida juntos.
11. Todo pasa por algo (@lidia55m)
Llevaba un año y medio con mi pareja, teníamos proyectos y planes de futuro, nos entendíamos y todo iba perfecto, hasta que llegó el confinamiento, y toda nuestra relación se acabó.
Me dejó de hablar y con un WhatsApp acabó nuestra relación, «esta situación me supera, prefiero hablar en persona cuando todo esto pase» se refería a la situación del confinamiento…le superaba como a todo español, era una situación difícil y extraña para todo el mundo, y por su culpa yo tuve que pasar lo peor, de lo que ya de por sí era.
La parte de hablar en persona aún estoy «esperando».. quizás con lo de «cuando todo esto pase» se refería a cuando acabara la pandemia…así que quizás cuando el covid esté erradicado me hable para explicarme el por qué decidió acabar lo nuestro y por qué de esa manera. Volvió la «nueva normalidad» y conocí a otro chico y de momento sigo con él, ahora vivo el ahora, con covid y con nuevas ilusiones y proyectos…porque todo pasa por algo.
Tuvo que venir un confinamiento para darme cuenta que estaba con la persona incorrecta, que yo merezco al menos alguien más valiente.
12. Un amor de Erasmus que no es efímero (@sbaytero)
Mi novio y yo nos conocimos en el Erasmus en Madrid pero éramos de países diferentes. Cuando nos devolvimos a nuestros países duramos dos años y medio a distancia pero con la idea de volver a Madrid. En abril 2020 por fin ibamos a mudarnos para estar juntos y pasó el covid. Luego de eso pasamos ocho meses sin vernos porque las fronteras estaban cerradas. Pero luego de ese tiempo logramos viajar y ahora estamos muy felices y en la ciudad que nos unió 🧡
13. 2020, el año del amor (@thegocha)
El 29-01 me enteré que estaba embarazada, fue un momento increíble, más aún cuando escuchamos su corazón. Casi inmediato empezó la pandemia y estuve encerrada en casa con mi esposo, mis padres y mi suegra. Mi bebé y yo recibimos muchísimo amor y mimos hasta de los gatitos. Juntos disfrutamos cada etapa del embarazo lo cual fue un privilegio. El 11-09 nació mi pequeña, un parto hermosísimo, cuando la tuve en mis brazos fue la sensación mas maravillosa, mi sueño se hizo realidad, al fin era mamá, ese día supe lo que era el amor verdadero, mi pequeña simplemente es el amor hecho personita 😍😍😍 Para mí el 2020 más que una pandemia, quedará en mi mente como el año en que el amor verdadero existe
14. Pon un perro en tu vida (@nreguero)
Adopté a Calma, una preciosa galga negra, el verano del 2019 unos meses antes de que se nos fuera todo al garete. Y sin saberlo estaba adoptado a mi salvavidas. Su amor incondicional y ganas de vivir me sacaron de la cama aquellos días de donde la tristeza y la soledad nos invadían. 💕
15. La importancia de la amistad (@michellebcn28)
Empezando el 2020 ya tenía una relación de poco tiempo y al llegar la pandemia tuvo que marchar a su país Alemania , yo no me podía ir por no tener mi pasaporte por estar con asilo político , tengo buenas amistades que me brindaron su apoyo emocional a yo estar encerrada en una habitación sin mucho que hacer ,me dio un ataque de pánico me sentía muy muy mal una gran amiga me brindó su hogar para pasar la cuarenta allá con su hijo y ella que son mis amores como mi familia desde que yo llegué a este país son como mi pequeña familia en Barcelona y con su apoyo y amor incondicional el 2020 lo llevé mejor, a final me han dado la residencia me devolvieron mi pasaporte y en diciembre pude ver a mi pareja en Alemania que la pasé 20 días…así que gracias a mi amigos que son familia para mi tuve un gran historia de amor.
16. Found in translation (@anaissilvam)
En verano 2020, empecé a reaccionar eventualmente con un chico en Instagram que no conocía de nada pero nos seguíamos. El era holandés de “vacaciones en Barcelona” y yo venezolana pero viviendo aquí desde hace 4 años. Su español era regular casi malo pero mi inglés era peor (inclusive escribiendo). Después de un tiempo y de clavarle unos cuantos “Vistos” empezamos a hablar de quedar y yo muy renuente a la idea evitaba el tema, hasta que un día dije “venga va ¿por qué no?” casi en último momento le canceló porque seguía muy reacia con el tema del “idioma” e insistí que si no se creía capaz de que pudiéramos comunicarnos mejor no quedar el dijo que si y fuimos, como era de esperarse fue la primera cita más incómoda de mi vida, llegue a casa pensando que aunque me había parecido guapillo no volvería a salir con el y exponerme a la incomodidad de esa situación jaja peroooo no.
Recibí un mensaje donde decía que si quería ir el viernes siguiente a por comida venezolana y como uno persiste así sea por curiosidad le dije que si y lo demás es historia, Mi 2020 no fue tan malo para mi por todo lo que compartí con él, no ha sido fácil porque quien diga que lo del idioma no influye es porque no ha estado ahí pero atribuyo todo a nuestra conexión, feeling o las ganas lo que han sacado adelante esto porque yo me he querido venir rindiendo desde el primer día sin embargo ahora con más confianza tenemos ya nuestro propio “idioma interno” también el a mejorado un poco su español y yo empecé a estudiar inglés. Desde el inicio hemos vivido en un sin fin de pruebas, y en el 2021 nos tocó la primera ,que fue separarnos y se tuvo que ir de Barcelona por trabajo. Ahora estamos a la distancia esperando y deseando que podamos continuar a pesar del Covid, las pcr y los aeropuertos.
17. La amiga estupenda (@mirendiezz)
Mi amiga y yo nos fuimos a vivir a Barcelona en octubre cada una desde una ciudad y nos conocimos en un máster en la UAB, pero empezamos a ser amigas como tal allá por noviembre…tirando a finales. Del palo de hacer todo juntas, salir mucho siempre y de hablar durante más horas de las que tiene un día. Nos dedicábamos a quemar Barcelona y a currar mucho mientras decidíamos que nos íbamos a quedar allí al acabar el máster costase lo que costase. Cuando vino la cuarentena, en vez de irnos a nuestras ciudades, decidimos confinarnos juntas en mi piso en Barcelona y ahí estuvimos hasta junio! (Imaginaos 😣)
Y, aunque yo sabía que como ella pocas personas existen, fue en esa cuarentena en la que me di cuenta de que lo que yo había ganado era una hermana, porque no hay, ni habrá, mejor amiga en el mundo que ella.
Ahora ella sigue en Barcelona y yo me he tenido que mudar a Viena, pero en realidad es como si aún siguiésemos allí 🤗
18. Un príncipe con la casa sin amueblar (@dea.martinez)
Alberto y yo nos conocimos en los ferrocarriles de Catalunya en finales de 2019. Dicen que los príncipes llegan en un caballo blanco, pero el mío ha llegado en tren 🤣.
En los primeros días ya era amor, en las semanas siguientes ya éramos novios, y en el mes siguiente nos cambiamos al antiguo piso de su difunta abuela. Querríamos que nuestra casa tuviera nuestra cara, y en aquél momento nos ha parecido una buena idea tirar todos los muebles antíguos de madera y sobrevivir unas semanas más sin cama y sofá… solo hasta que fuera posible ahorrar un poco más y comprar muebles más modernos. PERO, el confinamiento ha llegado antes de lo que podríamos haber imaginado y hemos tenido que sobrevir dos meses sin muebles en casa. Y así lo hicimos.
Sobrevivimos tan bien que Alberto me pidió en matrimonio poco tiempo después. Quien sobrevive al confinamiento es capaz de sobrevivir a una vida juntos.
19. Lucas y su padre (@mijeparradoantonio)
Mi historia supongo que es igual que la de cualquier padre con el nacimiento de su hijo. En mi caso, quizás al vivir todo el embarazo en el confinamiento y no poder llevar un seguimiento normal lo ha hecho mas especial todavía. Todo ello unido a las condiciones que hemos vivido en este 2020 ha hecho que el nacimiento de mi hijo Lucas sea una verdadera historia de amor.
20. El amor en tiempos de Tinder (@ileanaquistian)
En las primeras semanas posteriores al primer confinamiento, allá por junio de 2020, yo, siendo una estudiante de master extranjera, con mi año de estancia a punto de terminar, sentía que tenía que aprovechar cada minuto de esa ciudad que tanto amo. La mayoría de mis amigos se habían ido de Madrid. Las primeras salidas a restaurantes fueron decepcionantes, porque entre la paranoia y la experiencia de la vez que un guardia amenazó con sacarme del lugar por conversar con una chica de la mesa de al lado… aquello de conocer gente (llámese citas o amigos a secas) pintaba complicado.
Había probado antes Bumble y ninguna cita tuvo una segunda. Así que no del todo convencida, pero me a animé a apuntarme al juego de Tinder. Día uno hice match con Miguel. Un chico madrileño guapísimo, con fotos sin mucha pose (y con camiseta puesta!), con una sonrisa que se veía auténtica y una mirada súper bonita que además me dio como confianza… así que di el famoso swipe a la derecha.
Conversamos un poco y quedamos para vernos dos días después en un bar cerca de la Puerta de Alcalá. La app de Tinder no funcionaba bien ese día… por poco y no llegamos a conocernos. Todo bien en esa primera parada, se pasó el tiempo volando y decidimos movernos a una terraza. Varios intentos fallidos porque muchos sitios seguían cerrados… terminamos comprando cervezas en un chino y caminando por Malasaña.
Pasamos por el Ocean Rock (era el primer día que permitían abrir los bares) y había gente ya formada en la fila. A Miguel le gustaba ese bar y a los dos nos gusta mucho el rock así que me preguntó si quería entrar. ¿Música y copas después de meses de no salir? Evidentemente la respuesta fue sí. Estando en la fila se nos acerca un fotógrafo y una reportera de El País contándonos que estaban trabajando en un artículo de gente que se había conocido por apps durante el confinamiento y ahora estaban teniendo citas en vivo por primera vez, y nos dijeron que si nos podían hacer algunas preguntas. (Sigo sin entender CÓMO supieron a simple vista que era nuestro primer date). Una vez dentro conversamos un poco con ellos y después nos olvidamos y seguimos en nuestro rollo. Primera cita, exitosa.
Al día siguiente me escribe Miguel y lo primero que me dice es: hemos salido en El País y me envía el link. Nos mencionaban en el artículo y hasta evidencia fotográfica teníamos. Mis amigas siguen alucinando con eso.
Nuestro segundo date fue ir al Parque de atracciones y todo fluía tan bien que parecía que íbamos más bien como en el número 10. Después de eso, el verano estuvo lleno de planes increíbles… pasear en su moto e ir a ver atardeceres desde distintos puntos de la ciudad se convirtió como en NUESTRO PLAN.
En un momento de impulsividad planeamos un viaje de finde… un día dormimos en medio de la NADA viendo las estrellas y al día siguiente visitamos un pueblo precioso. Todo como de película vaya. Ahí me di cuenta que estaba en problemas.
Los dos sabíamos que yo regresaba pronto a México pero no nos habíamos sentado a hablar de lo que queríamos hacer. Vivimos disfrutando el momento, hasta que de pronto estuvimos sentados viendo el último atardecer en el estanque del Retiro (literalmente una noche antes de mi vuelo de regreso) y no nos quedó otra más que abordar el tema.
Sabíamos que era una locura, nos conocíamos realmente de poco tiempo y no teníamos idea cuando podríamos volver a vernos, pero no pudimos decirnos adiós. La despedida, abrazados y llorando en la puerta del aeropuerto es de las cosas más dolorosas que he sentido.
5 meses después, a un océano de distancia y todavía en medio de una pandemia aquí seguimos. Como la mayoría de la gente en este momento, sin saber muy bien que nos depara el futuro, pero con muchas ganas de vernos en cuanto podamos planear un viaje. Mientras tanto, seguimos siendo dos locos, en diferentes zonas horarias, pero sintiéndonos no tan lejos y siendo felices entre FaceTime, fotos y notas de voz.