A los puristas ya les habrá dado una indigestión nada más leer el titular. Dirán que no, que no puede ser, que el helado siempre se ha hecho así y asá. «Es una tradición y hay que respetarla«. Pero, ¿quién somos nosotros para ponerle puertas al campo de la innovación culinaria? Si el ElBulli fue el mejor restaurante del mundo será por algo.
Como Ferran Adrià en su día (salvando las distancias), una heladería de Valencia se ha propuesto buscar los límites del helado como postre del verano. Si eres de las personas que ponen su frontera gustativa en chocolate, fresa y vainilla, la heladería Llinares de Valencia te va a dejar en fuera de juego.
Este local es el único de la ciudad en el que no te pondrán cara rara por pedir una tarrina de boquerones en vinagre con tortilla de patata. O de salmón ahumado, pepino, gazpacho andaluz o fabada asturiana. También tienen helados «milagro» como el de celulitis, el afrodisíaco o basados en bebidas alcohólicas como la cazalla, Bailey’s o gin-tonic.
El arte de los helados le valió al propietario de Llinares un subcampeonato mundial y entrar en la lista de mejores heladerías de Valencia, pero no todo son helados inusuales. Los hay clásicos, con sabor de determinadas tartas como la de San Marcos, o con los sabores de marcas de dulces famosas como Donuts u Oreo.
Este heladería tiene varios locales por Valencia: Arxiduc Carles 17, Plaça de la Reina 6, Avenida Primero de Mayo, Humanista Mariner, Torrente, Vía Sucronense 23 en El Perello y Palmeras. Así que seguro que encuentras tu local y sabor preferido.
Foto de portada: Heladería Llinares (Instagram)