Diciembre, el último mes del año. Un mes de alegrías para los que han tenido un mal año, como de tristeza para los melancólicos. Seas del grupo que seas, diciembre tiene sus cosas buenas, por eso tiene motivo para convertirse en el mejor mes para pasarlo en Valencia. Y estos son nuestros motivos, ¿cuáles son los tuyos?
1. Por el «frío»
Porque seguro que tú fuiste de es@s pesad@s que te tiraste todo el verano diciendo “qué calor hace… “ Así que ahora puedes tener lo que buscabas: el frío. Siempre diciendo que prefieres el invierno porque puedes ponerte muchas capas y estar a gusto, ahora es el momento. Aprovéchalo pero eso sí, no queremos oírte esa famosa frase de “Joder, qué p*** frío hace… a ver si llega ya el verano”.
2. Por las vacaciones
Puede que haga tiempo que ya no disfrutas de esas benditas semanas enteras de vacaciones que te daban en Navidad cuando eras estudiante, pero eso no significa que ahora desprecies esos días que te da este mes. Bendito 25, bendito 31 y benditos 1 y 6 de enero, que es primo hermano de diciembre.
3. Por la sensación de nieve
Sabemos que ese fenómeno atmosférico es más que difícil que se produzca en Valencia, y por ese motivo nos gusta más que a los demás. Siempre es lo mismo: cuando no lo puedes tener, lo deseas más. Por eso, la nieve en spray es delos mejores inventos que ha creado el hombre. Es ver un árbol de Navidad y creernos en el mismísimo Polo Norte.
4. Por el buen ambiente
La gente se queja mucho de la hipocresía de la Navidad, que si la familia se reúne ahora sólo por aparentar… pero ¿qué más da? A mí me gusta que por lo menos haya un día estandarizado para ser feliz con los tuyos. Y si no te gusta tu familia, pues bebe vino, que nos hace a todos ser más simpáticos, ¡mira qué fácil!
5. Por poder patinar
Gracias a dios, aunque aquí no haga el frío de los países del norte, de Burgos, Soria o Teruel juntos, hay métodos para que nosotr@s también tengamos agua congelada por las calles. Y me refiero a las pistas de patinaje, no a las placas de hielo… que esas espero que nadie las pise.
6. Por poder estar en casa más a gustito
Porque el calor hogareño en verano es una asfixia, pero en invierno es el placer hecho realidad. El calorcito de debajo de la manta, disfrutando de una buena peli, no es comparable con absolutamente nada. Eso sí, nada de tener la calefacción a 27º, que antes de todo está el buen trato al planeta, que ya lo hemos maltratado suficiente.
7. Por las comidas que te esperan
Y como ya hemos dicho antes, diciembre es el mes de reunirse con la familia y como tal, de comer hasta perder el sentido. Aquí es donde tu abuela, tus tías y tu madre se hacen fuertes y te endosan comida como si no hubiera un mañana. Ten cuidado porque hemos leído que para bajar un trozo de turrón hay que andar 45 minutos… Así que esperamos que la disco del día 31 te pille lejos de tu casa.