Un estudio británico ha dado como resultado que la forma en la que cocemos el arroz para preparar la paella es… ¡la peor forma de cocerlo! Por lo que se ve, tendríamos que dejarlo en remojo prácticamente desde el día anterior. Porque si no habría hasta riesgo de incubar un tumor.
¿Cómo es esto posible? Hay una explicación científica para todo esto. El arroz es el único cultivo que se realiza mediante inundación. Y en el suelo hay elementos que pueden ser dañinos para la salud, como por ejemplo el arsénico. Al absorber el agua, el arroz toma también los minerales que se hallan en la tierra y pasan a formar parte de su composición.
Esto hace que en el arroz existan estos elementos patógenos que, en mayor o menor medida dependiendo de la concentración, la OMS dictaminó que pueden provocar la aparición de cáncer (sobre todo de piel, pulmón o vejiga).
¿Cómo cocemos el arroz para evitar esto?
Si queremos una paella lo más segura posible, la recomendación del estudio es aplicar una proporción 12-1. Doce tazas de agua por cada taza de arroz. Así se eliminaría hasta un 75% del arsénico presente en el arroz.
Sin embargo, vamos a matizar. No todos los arroces tienen la misma cantidad de arsénico. Por ejemplo, el más “contaminado” es el estadounidense, con una proporción de 0,25 miligramos por cada kilo de media. Por otra parte, los menos contaminados son los de Egipto, Nepal e India (0,05-0,08 mg/kg). El arroz español está en unos 0,19 mg/kg, lo que está en el borde de la legalidad: la OMS no permite más de 0,20 desde el 1 de enero de 2016.
Además, el arroz valenciano es de los más limpios de nuestro país. Su nivel de arsénico tiene una media de 0,06 mg/kg. No es casi nada.
¿Qué hacemos entonces con la paella? Pues comérnosla, como siempre. Al igual que todo en esta vida, solo será mala si se abusa de ella. Y si es con arroz valenciano pues tanto mejor.