Parece una postal. El lago o piscina natural de Chulilla, conocido como el «Charco Azul», es de visita obligada desde que se instaló la plataforma a modo de embarcadero.
Por aquí transcurren las aguas del río Turia que luego llegarán hasta Valencia, pero sin punto de comparación con la calma y paz que aquí se respira. Quizás en los meses de verano, cuando se llena de curiosos para hacer fotos y recorrer la plataforma, no lo es tanto. Pero sigue siendo una obligación venir por aquí para contemplar el paisaje.
En el margen derecho encontramos una pasarela de madera un tanto peligrosa, que no se recomienda atravesar. Sin embargo, son muchos quienes lo hacen a diario con el peligro que conlleva que ceda en cualquier momento. El baño está permitido.
Si vienes por la zona, no olvides que Chulilla es uno de los pueblos más bonitos de Valencia y su ruta de los puentes colgantes, una de las más visitadas.