Valencia tiene restaurantes que son toda una institución. Estos espacios centenarios, que por desgracia cada vez son menos, son embajadas no oficiales de la gastronomía y el saber hacer valenciano. Casa Carmela, en la playa de la Malvarrosa, es uno de ellos por su historia y calidad.
Cuatro generaciones familiares han mantenido en pie el negocio desde 1922. Este año este emblemático local celebra su centenario sin variar un ápice su receta. Aquí se siguen los ritmos que marcó la bisabuela Carmen y que Toni Novo, al frente desde 2011, ejecuta con excelencia cada día.
La historia de Casa Carmela se remonta a la Valencia de principios del siglo XX, cuando la playa se llenaba de casetas para los bañistas. Casa Carmela comenzó siendo una barraca que servía de cambiador y posteriormente se lanzó a acompañar el servicio con comidas para llevar.
La humilde barraca se convirtió más adelante en un pequeño bar-restaurante frente al Mediterráneo y sucesivas reforman lo han convertido en lo que es hoy, un rincón moderno, adaptado a su tiempo, pero manteniendo toda la esencia que ideó Doña Carmen.
Siempre con leña de naranjo y solo con ingredientes de la tierra, la paella es el plato estrella de Casa Carmela. El arroz del Senyoret, la paella de bogavante o la de langosta de playa son las más demandas, y la valenciana solo se hace por encargo.
El arroz se puede acompañar de un gran surtido de tapas de mar y montaña como ostras, gambas, esgarraet, puntilla, jamón ibérico o una selección de quesos valencianos, entre otros. Según explican en su página, trabajan solo con pescados y marisco fresco traído directamente de la lonja como la gamba de Dénia, langosta de playa, almejas de carril, clotxina valenciana o la tellina de playa.
Durante los últimos 100 años, su oferta gastronómica ha traspasado los límites de lo cotidiano, apareciendo incluso en novelas como la de Tranvía a la Malvarrosa de Manuel Vicent, o siendo uno de los locales de referencia del vecino más ilustre del barrio, Vicente Blasco Ibáñez.
Casa Carmela recibe cada día a 150 comensales y cocina unas 25 paellas por servicio. ¿Por qué lo comentamos? Porque es recomendable reservar para no quedarnos a las puertas de disfrutar de un local con tanta historia frente al Mediterráneo de Valencia.