El antiguo zoo de Valencia, que cerró sus puertas hará unos diez años, reabrirá pronto. Pero ya no será más un zoo. Será un jardín, un enorme parque que se está terminando de construir en los alrededores del Museo de Bellas Artes.
En pocos días o semanas este viejo zoológico será una zona más donde pasar un rato agradable con amigos y familiares, cosa que se agradecerá porque dejará de ser una zona de malos olores, insectos y abandono a convertirse en algo mucho más digno y acorde a la segunda pinacoteca más importante de España. También se sumará a la lista de parques que pueblan nuestra ciudad: más espacios verdes y «pulmones», que buena falta nos hacen.
Como mucho en un par de semanas estará abierto este nuevo jardín, cuya reforma ha requerido una inversión de más de un millón y medio de euros del Plan Confianza. Las modificaciones han abarcado desde la urbanización de la calle Pintor Genaro Lahuerta, reurbanización y peatonalización de la Vuelta del Ruiseñor y la unión de los Jardines de Viveros con esta nueva sección del parque. Una reestructuración paisajística que además ha respetado el arbolado.
Tan solo queda por derribar la valla trasera del museo para que el patio trasero del mismo se incorpore al espacio público. Una nueva fotografía para Valencia que confirmará que es una de las más bonitas ciudades del mundo.
Queda vida del viejo zoo
La reforma ha dejado incluso una historia simpática y curiosa: en el interior del zoo quedaba una pequeña bandada de pavos reales viviendo en libertad por la zona. Estas preciosas aves seguirán viviendo en su hábitat, aunque en una jaula grande (200 metros cuadrados) que garantice su libertad de movimientos para que no tengan que abandonar su “hogar”.
Fuente de la imagen de portada: Cadena SER