¿Se puede vencer a la muerte? Las investigaciones científicas apuntan a que sí, que en los próximos 30 años la muerte dejará de ser un punto y final y pasará a ser tratada como una enfermedad más que nos impide seguir viviendo. Esta es la visión que José Luis Cordeiro, profesor de la Singularity University en California (EEUU) y uno de los organizadores de la Cumbre Internacional de Longevidad y Criopreservación, ha compartido en los últimos años en la prensa internacional.
Bajo las tesis de Cordeiro hay empresas como Google o Microsoft que se preparan para vivir la muerte de la muerte en directo. En ese futuro vaticinado como «próximo» se depositarán pensamientos en la nube, Google será la tercera mitad de tu cerebro y con el desciframiento del genoma humano a través de aparatos que costarán apenas 10 euros, las enfermedades no se curarán, se prevendrán.
Esta visión, que hoy puede parecer ciencia ficción, es la ciencia del mañana. Mientras solo queda prepararse y aprovechar los parches que la tecnología nos brinda. ¿Congelarías tu cuerpo tras la muerte para poder volver años más tarde a vivir ese futuro utópico? Esta es una pregunta que cada vez más gente se hace y a la cual 150 personas ya han respondido que sí. Y si eres de Valencia, posiblemente cada vez te la hagas más.
La empresa Cecryon abrirá en 2019 en Riba-roja el primer centro europeo de criopreservación humana. O lo que es lo mismo: un espacio con cámaras en las que podrás congelar tu cuerpo o cerebro a 190 grados bajo cero para que se conserve intacto hasta 100 años. Un poco feel like Walt Disney, solo que el productor no está criogenizado como cuenta la leyenda urbana.
Dirigida por Javier Tapia, Cecryon contará con un centro de 1.500 metros cuadrados en el polígono El Oliveral de Riba-roja del Túria que pretende ser una fuerte alternativa al enterramiento o la incineración. A diferencia de una funeraria, aquí no se habla de «muertos» sino de «pacientes».
El proceso de criogenización sustituye la sangre por un líquido anticongelante que evita la muerte de las células del cerebro y los órganos. El objetivo de este proceso es traer de vuelta a la vida a estas personas cuando se haya encontrado una solución a la enfermedad que las mató.
Y es aquí donde reside el punto más crítico de la criogenización. Según Cordeiro en una entrevista con Iñaki Gabilondo, la vuelta desde la congelación es lo más difícil. «Todavía no se puede traer a la vida a alguien que ha muerto porque no se dispone de la tecnología o la cura a esa enfermedad de la que murió. Con la solución tendríamos absolutamente la posibilidad de devolverla a la vida».
Pero va más allá. Si se decide solo criopreservar el cerebro, sería posible instalar ese órgano de una persona de 70 años en un cuerpo clonado de 20. Romper el curso natural e inevitable del envejecimiento es un reto, pero Valencia ya se está preparando para ello.