La historia es una señora desagradecida que muchas veces olvida quién hizo realmente qué y le da el mérito a otro. Le pasó a Nikola Tesla con la radio o a Antonio Meucci con el teléfono. Pues bien: ilustres valencianos alcanzaron a realizar ciertos inventos que el tiempo ha hecho que caigan sobre otros. ¿Queréis saber cuáles? Os contamos cosas de algunos de ellos.
La Coca-Cola
Empecemos con uno bien flagrante. La Coca-Cola, según una investigación realizada por la propia BBC, se creó en su origen en un pueblo de Valencia: Aielo de Malferit. La Nuez de Kola-Coca salió al mercado 8 años antes que la actual, en 1880. ¿Qué pasó entonces?
Unos representantes de la marca fueron en 1885 a Philadelphia, donde pretendían comercializarla, pero por accidente olvidaron unas muestras allí. Casualmente, un año después un tal John Stith Pemberton lanzaba un refresco prácticamente igual. Cuando Coca-Cola empezó a comercializarse en España, la marca americana compró Kola-Coca para evitar problemas y que solo pudiera fabricar una versión alcohólica que no compitiera con ella.
La radio
Vale, al principio hemos dicho que este fue uno de los miles de inventos de Nikola Tesla, pero la realidad es que el inventor serbio-estadounidense tan solo hizo unas pruebas que no tenían mucha calidad de sonido y estableció unos fundamentos.
Don Julio Cervera Baviera, natural de Segorbe, fue quien realmente ideó en primer lugar un aparato que transmitía sonido con calidad decente sin necesidad de hilos. La mala suerte hizo que al enviar su invención a Londres, Guglielmo Marconi se hiciera de ella y aprovechara el invento de este ingeniero militar y las investigaciones de Tesla para patentar su radio antes que nadie y atribuirse el mérito.
La pluma estilográfica
Todo un símbolo de elegancia, una pluma es muy apreciada por su finura a la hora de escribir. Y sí, es un invento valenciano. Francesc de Paula Martí, nacido el Xátiva en 1761, ideó un tubo de latón equipado con un depósito que podía almacenar tinta y que tenía un aplique inferior con una ranura y un puntero por donde se dosificaba la tinta, permitiendo escribir.
Él llamó a este artilugio pluma-fuente, y la creó en 1803. Es decir, 16 años antes que los inventos de J. Scheffer (1819), 29 antes que J.J. Parker (1832) y 61 antes que el célebre Lewis E. Waterman (1884).