Se la habrá oído decir a tu amigo, a tu madre o tú misma la usas habitualmente durante todo el año. En Valencia existe una expresión que describe el tiempo de manera muy particular, un tiempo «de Fallas».
«Hacer tiempo de Fallas» nos habla de las inusuales jornadas cálidas de los meses de marzo y abril en Valencia, tan típicas en Valencia. Con el fin del invierno, es probable que a principios de marzo en Valencia se alcancen temperaturas diurnas de más de 20 grados y cielos despejados. Temperaturas que conforme avanza el día se reducen y requieren de algo de abrigo al entrar la noche con mínimas de hasta 10 grados.
Ese proceso es lo que se conoce en Valencia como «tiempo de Fallas», porque el fenómeno coincide habitualmente con la celebración de la fiesta josefina.
El causante de este evento meteorológico es la brisa marítima del Mediterráneo, que regula las temperaturas, crea cielos despejados y suaviza el invierno en Valencia.
La lluvia y el frío son otros de los fenómenos que acompañan al tiempo de Fallas, habitualmente justo antes de los días centrales de la celebración de la fiesta (antes del 15 de marzo) o para el Día de la Cremà.
Este último caso es el más temido por el mundo fallero, que en numerosas ocasiones ha visto empeñado el fin de fiesta e incluso ha tenido que posponer la quema de los monumentos por las incesantes lluvias típicas de Valencia.