Vírgenes, ciudades romanas y muchos kilómetros de túneles.
Dicen que si trazáramos una línea con todos los túneles, colectores y pasadizos del subsuelo de Valencia, se podría llegar casi hasta París. 1.450 kilómetros se extienden bajo nuestros pies creando un laberinto solo accesible para personal autorizado y policía. Esta exclusividad convierte a la ciudad subterránea en un objeto de deseo lleno de misticismos, leyendas y mucha historia.
El metro, con 25 kilómetros de vías subterráneas, es uno de los escenarios principales de todas estas crónicas. Las más reciente y, posiblemente, la más famosa es la invasión de la incompleta línea T2 por raves y exploraciones urbanas (con paseo en barca incluido) que se hicieron virales. Si no sabes de qué vídeo hablamos, aquí te dejamos la excursión que el ‘youtuber’ Marc Vilas se marcó por el metro de Valencia.
Pero no solo de estaciones abandonadas vive el suburbano. En las que están abiertas al público se esconden vírgenes que saludan a las pasajeros de los vagones que recorren los túneles. Y si no nos crees, la próxima vez que recorras el tramo entre las estaciones de metro de Colón y Alameda, un leve destello te alertará de la presencia de una imagen de Santa Bárbara, virgen y patrona de los mineros y tuneladores. Se instaló durante la construcción del metro, sobre 1994. Pero nadie supo de ella hasta 2013 cuando un usuario del metro alertó de su presencia.
Salimos del metro para volver a la superficie, pero por poco tiempo. Las calles de Ciutat Vella son escenario de otra de las partes más atractivas del subsuelo valenciano: las civilizaciones históricas. Y es que rara es la vez que una obra no haya tenido más de un contratiempo por el hallazgo de ciudades subterráneas que en pleno siglo XXI salen a la luz.
Arte romano, islámico o medieval en forma de murallas, templos o monedas de plata son el contratiempo histórico (y bendición para el patrimonio) más habitual. Una de las restauraciones más recientes es la bodega subterránea del Celler, de la cual ya te hablamos en otro artículo. Aunque en Valencia Plaza han realizado un recorrido por los descubrimientos más significativos.
Pero no hace falta llevar a cabo una construcción para poder ver el sótano más histórico de Valencia. Desde hace un tiempo, la visita a la Lonja de la Seda incluye el acceso a su subsuelo, una serie de estancia abovedadas y de carácter medieval. Era el antiguo almacén de los vendedores de la Lonja, como cuenta La Valencia insólita.
Otra opción para descubrir los bajos fondos de la ciudad es sumergirse de lleno en colectores y túneles. Ese es el trabajo diario de un equipo de la Policía y el Ayuntamiento de Valencia, que además de discurrir entre aguas residuales, también puede ver de cerca algunos de los casi 300 refugios de la Guerra Civil que hay en Valencia.
En un reportaje del periódico Las Provincias, se destaca que uno de los puntos más espectaculares de esta red es el colector Hermanos Maristas con Sur Tránsitos. Con 4.500 metros lineales y capacidad de 120 metros cúbicos por segundo, sirve para conducir los vertidos domésticos de los ciudadanos. El más antiguo de la ciudad tiene más de 150 años y recorre por debajo las calles Sorní y Conde de Salvatierra.
Te dejamos un vídeo donde expertos del subsuelo de la ciudad cuenta a Las Provincias cómo es su trabajo diario. Y si has estado alguna vez en las catacumbas, cuéntanoslo en los comentarios de Facebook.