Port Saplaya lo odias o lo amas. No hay término medio cuando se habla uno de los emblemas de la costa valenciana porque, pese a todo, eso es lo que es: un símbolo de los veranos en Valencia. Para bien o para mal.
Construido en la década de los ochenta en primera línea de playa, esta zona residencial de Alboraia es una amalgama de coloridas casas, canales y barcos dispuestos con el objetivo de crear un ecosistema cerrado, casi privado a orillas del Mediterráneo.
Para muchos pasar por sus calles interiores les retrotrae a Venecia o Saint Tropez. Ese era el objetivo inicial: parecerse a las urbanizaciones de la Costa Azul en Francia y la Riviera en Italia, principalmente Port Grimaud en el golfo de Saint Tropez. Para otros significa visitar un museo dedicado al pelotazo urbanístico y los atentados ecológicos. Lo que en Valencia viene siendo un completo destarifo.
La opinión de los profesionales del sector de la construcción y la arquitectura se inclina más por esta última visión. Así lo recoge un artículo de Valencia Plaza publicado en 2016 con una frase lapidaria: «Es un rascacielos de cristal en medio del barrio de El Carme de Valencia, una barraca de abobe en el barrio de La Défense de París y un árbol de Navidad de plástico iluminado made in China en medio de Jardí Botànic», afirma el urbanista Jorge Gil al medio.
La otra cara de la moneda está en las redes sociales, donde las fotos de Port Saplaya se multiplican exponencialmente. A vista de dron o a pie de calle, el complejo se luce en las distancias más cortas, las de plano cerrado, filtros de Instagram y enfoques intencionados. Y ahí parece que el propósito inicial de parecerse a otras ciudades turísticas de Europa se ha cumplido.
Sin embargo, como todo tiende a compararse, el paso del tiempo, motivado también por – por qué no decirlo – aberraciones urbanísticas como el París chino, ha hecho que entre en ese grupo de pequeños barrios que intentan copiar a imagen y semejanza otras ciudades naturalmente bonitas y se quedan a medio camino.
Así que la pregunta es: ¿Es Port Saplaya a Venecia o Mónaco lo que Tianducheng es a París? ¿O es una joya que hay que preservar? El debate está sobre la mesa, pero está claro que esta urbanización ya es historia de Valencia.
Foto de portada: YouValencia