Referirse al «barrio chino» en Valencia puede generar confusión. Para los más veteranos, el nombre es probable que les recuerde a la zona de Velluters, próxima al Mercado Central. Entre los más jóvenes, la referencia seguro que se asocia con La Roqueta, el barrio que linda con la Estación del Norte y que acoge a una gran cantidad de locales asiáticos, en la mayoría de origen chino.
Lo mismo sucede en Barcelona con El Raval, que recibe ese sobrenombre de «barrio chino». Pero, ¿por qué? Históricamente la expresión «barrio chino» se ha utilizado en términos peyorativos para describir zonas donde se concentra prostitución, tráfico de drogas y otras actividades ilegales.
Una de las explicaciones es que se ha comparado lo que sucedía en el Raval o en Velluters con el «Chinatown» de Manhattan, donde también se concentraban diversos negocios ilícitos.
Con el paso de los años y la llegada de migrantes de origen asiático a las ciudades españolas, han aparecido los barrios chinos de verdad, lo que concentran a comunidades chinas en torno a restaurantes, tiendas y otros servicios.
Y así sucede hoy en Valencia, una ciudad que cuenta con dos barrios chinos, uno que no es tal, solo en el imaginario colectivo como una forma de referirse a la zona próxima al antiguo hospital, y otra que hoy es el «Chinatown» de Valencia donde se disfruta de la multiculturalidad.