
Es una de esas preguntas que algunos nos hacemos pero no con la suficiente frecuencia. ¿Por qué Valencia se llama así? La etimología es un camino curioso.
Para conocer el origen del nombre de nuestra ciudad hay que remontarse unos cuantos años al pasado. No mucha cosa: como al año 148 antes de Cristo.
La Valentia romana

Siendo cónsul del Imperio romano Décimo Junio Bruto, la ciudad de Valencia como tal fue fundada bajo el nombre de Valentia. Unos años después, en la guerra entre Pompeyo y Sertorio (75 a.C.), la ciudad fue destruida. La ciudad quedó prácticamente abandonada tras la destrucción.
Sin embargo, unos cincuenta años después, Valentia empezó a crecer exponencialmente gracias a la construcción del foro, el circo y un puerto fluvial entre otras cosas. La ciudad continuó creciendo incluso tras la caída de Roma hasta la expulsión de los bizantinos allá por el año 625 de nuestra era, año aproximado en el que empieza una edad muy oscura y poco documentada.
De Balansiya a Valencia, islam mediante
Cuando los musulmanes invadieron la península en el 711 la ciudad pasó a llamarse Balansiya (conservando buena parte de su nombre). La edad de oro de la ciudad llegó tras la caída del califato de Córdoba, en el 1010, que dio entrada a los Reinos de Taifas. Uno de ellos era precisamente el de Valencia.
A finales de siglo el Cid aprovechó la inestabilidad política para tomar la ciudad. Eso sí, unos años después la ciudad caería de nuevo en manos de los almorávides y reinstauraron el culto musulmán en Valencia. Hasta 1238 cuando Jaime I conquistó de nuevo la ciudad. Jaime I dio a la ciudad unas nuevas leyes, Els Furs, que se hicieron extensivas al ya llamado Reino de Valencia: nueva sociedad y nueva lengua que nos han traído hasta lo que somos hoy.