Todos queremos llegar lejos, imaginarnos ese lugar que queremos alcanzar. ¿Y cuál es la mejor forma de llegar hasta allí? Con unas buenas zapatillas. Algo así debieron pensar Jaime Garrastazu, Cosme Bergareche y los hermanos Jorge y Nacho Vidri cuando decidieron en la Universidad llevar a la realidad su propia idea de éxito.
Su proyecto nació de la idea de crear un nuevo producto salido de la pregunta “¿Qué no encuentro en este mercado sobresaturado y me gustaría hacerlo?”. La respuesta fue Pompeii, unas zapatillas exclusivas y de calidad, creadas en España. A pesar de los riesgos, los cuatro protagonistas dejaron todo lo que estaban haciendo en ese momento (dos de ellos incluso habían conseguido entrar en grandes consultoras) para llevar a cabo este sueño.
Las adversidades les acompañaban durante el camino, como la falta de dinero o el runrún de unos padres poco convencidos con esta aventura tan inestable, pero ellos siguieron con lo que creían que era una buena idea. Y es que la palabra “Pompeii” significa Pompeya, aquella ciudad del Imperio Romano que logró resurgir de las cenizas del Vesubio. Vamos, que ni la erupción de un volcán podría pararles.
El éxito de sus pompas (así llaman estos chicos cariñosamente a sus zapatillas) lo achacan a una comunicación fresca y virtual con sus seguidores. A través de sus cuentas de Instagram, han conseguido reunir y fidelizar a un montón de seguidores, encantados con sus diseños exclusivos, algo que otras firmas de moda todavía no pueden ofrecerles. Además, ahora están ampliando su oferta con ropa femenina y masculina, mostrando un cierto interés en convertirse en otro éxito parecido a Inditex.
Fijáos cómo se están moviendo las Pompeii, que consideran competencia directa a grandes marcas como Vans o Superga: en dos años de vida llevan vendidas más de 20.000 pares de zapatillas, número que esperan seguir aumentando con la nueva colección que acaban de sacar esta semana.
Y es que tener unas pompas es sinónimo de pertenecer a una generación que no se conforma con lo que tiene, sino que quiere ir más allá. Marcarse otras metas que no son las que los demás han decidido para ti. Y para este largo camino tienes que calzarte unas zapatillas que te hagan llegar lejos.
Parafraseando a Machado: “Paso a paso, verso a verso”.