La cruzada contra la obesidad da un paso adelante en Valencia. Eso sí, no de la misma forma que en Cataluña: nada de subir impuestos. En nuestra comunidad lo que se hará en principio es prohibir la distribución de refrescos azucarados en colegios y hospitales. Es decir, nada de Coca Cola ni Pepsi.
El borrador de la norma está ya redactado, y se lee textualmente que “en los centros educativos, sanitarios y de servicios sociales sólo se autorizará la instalación y funcionamiento de máquinas expendedoras de alimentos y bebidas que contengan únicamente algunos de los siguientes tipos de productos: agua envasada, leche desnatada o semidesnatada, yogures bajos en grasa y sin azúcar añadido, pan integral, fruta fresca, frutos secos no fritos y bajos en sal, refrescos sin azúcar añadido y zumos de fruta”.
¿Por qué esta medida que parece tan radical? Porque Sanidad está preocupada por la obesidad infantil. Los datos, desde luego, no son buenos. El último estudio completo es de hace tres años (2014), pero indica que el 30,4% de las personas entre 0 y 16 años de edad tiene exceso de peso.
Si nos centramos en Valencia, el dato es bastante más bajo: 18,6%. Aún así, esto quiere decir que prácticamente uno de cada cinco menores tiene sobrepeso. Y un 11,8% padece obesidad infantil.
Concretamente, la franja más perjudicada por este problema es la que se comprende entre los 8 y los 12 años. Por eso para los que han redactado la norma la prohibición se amplía a colegios. En otras comunidades como Murcia se aplica también, pero solo en hospitales..
¿Y las familias qué?
Aquí nos surge una duda: ¿este tema es responsabilidad de lo que comen los niños en los centros públicos o depende también de la educación que reciben en casa? Porque en realidad cualquiera puede comprar una lata de refresco en una tienda de camino a casa, por ejemplo.
La medida parece correcta, pero tal vez haga falta también una campaña de concienciación entre los padres para fomentar los hábitos alimenticios más correctos: un zumo de naranja es más sano y puede estar hasta más rico que una Fanta o un Kas.
Fuente de la imagen de portada: QZ.com