¿Cómo puede ser que un plato tan relativamente sencillo y con unos ingredientes tan fáciles de conseguir, solamente se cocine en España? Un misterio. Con unos huevos, unas patatas y cebolla al gusto, puedes crear uno de los platos más exquisitos que existen sobre la faz de la Tierra. Lo siento pero no soy objetiva cuando hablamos de la tortilla de patata (española como otros la llaman). Me encanta. Me apasiona. Y estoy harta de comerla mal en muchísimos sitios. Por eso, creo que es un deber de Estado dejar constancia de cuáles son los 10 mandamientos de la tortilla de patata.
1. Amarás a la patata sobre todas las cosas.
Si no eres fan del tubérculo, ni te molestes en seguir leyendo.
2. No dirás el nombre de “huevo de corral” en vano.
No compres cualquier huevo, eso es una blasfemia.
3. Santificarás la sartén antiadherente
Y si no me crees, prueba a hacer una tortilla con otro tipo de sartén… Increparás en arameo.
4. Honrarás al pelapatatas
¡Alabado sea el pelapatatas!
5. No freirás con aceite sucio
A no ser que quieras que la patata te sepa a los pimientos y a las croquetas que hiciste ayer con ese mismo aceite…
6. No cometerás actos impuros.
El aceite tiene que ser siempre virgen, que para eso estamos en España, por dios.
7. No cortarás la cebolla en trozos gigantes.
La cebolla tiene que ser un condimento, ¡no el ingrediente principal de la tortilla!
8. No darás falsos testimonios sobre ella.
Si has comprado la tortilla, no digas que la has hecho tú. Más que nada porque tus invitados lo notarán. Dejarán de ser tus amigos
9. No cuajarás la tortilla.
No hay mejor sensación que una tortilla jugosita en la boca.
10. No preferirás una tortilla francesa por encima de ninguna de patata.
¡Nunca! ¡No! ¡Ni se te ocurra! Y si lo haces, olvídate de entrar en el reino de los cielos. No queremos gente así allí arriba.