
Este diseño tan mediterráneo dota de una personalidad única a varios edificios de la ciudad.
Un simple detalle puede marcar la diferencia. Y si no que se lo digan al Palau de les Arts. ¿O no te acuerdas cómo lucía cuando se caía el trencadís a pedazos? Este tipo de mosaicos modernistas aportan un colorido y detallista valor a varios de los monumentos más característicos de Valencia. Lugares que sin esta composición de pequeños trozos de azulejo no serían lo mismo. Como tampoco lo serían el parque Güell o la Sagrada Familia en Barcelona. Y por eso, hoy te contamos la historia que hay detrás de cada mosaico.
Trencadís azul del mar
La Ciutat de les Arts es uno de los dos diseños de esta lista que llevó a cabo Santiago Calatrava. Para ilustrarlo, hemos elegido el azul del Umbracle (que también puedes encontrar en el Ágora), pero también se combina con un omnipresente trencadís blanco que se vuelve turquesa con el agua de las piscinas.
Trencadís verde, naranja y amarillo
Los colores más típicos de la huerta valenciana se plasman en la fachada principal del Mercado de Colón. Una fallera, un huertano, naranjas… Este mercado fue proyectado en 1914 por Francisco Mora Berenguer, un arquitecto formado en la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona y que estuvo en contacto directo con el modernismo catalán, especialmente con Antonio Gaudí.
Trencadís con un toque de madera
Nunca te cansarás de comprar un billete de tren en este espacio. La Estación del Norte guarda todavía toda su esencia de antaño con sus ventanillas diminutas y detalles como los pequeños mosaicos de trencadís que nos desean buen viaje. Su autor, Demetrio Ribes Marco, fue uno de los arquitectos valencianos más relevantes de principios del siglo XX y del modernismo. También estuvo en contacto con las escuelas de Barcelona.
Trencadís blanco impoluto
La parada de metro de Alameda la diseño también Calatrava. La entrada, el suelo, las paredes y los pequeños pilares situados en medio del andén están forrado por diminutas piezas de azulejo blanco que convierten esta estación en la más bonita de Valencia. Se inauguró en mayo de 1995 y hoy todavía sigue impresionando a quien la visita.
El trencadís multicolor
Aunque en su interior encontramos un sitio para tapear y pedir algunas raciones, este emblemática casa del barrio de Benimaclet es otra de las joyas de la ciudad. José Sanmartín Zarzo fue quien a principios del siglo XX se atrevió con este humilde diseño en el que cada azulejo está cortado de forma irregular y dispuestos al libre albedrío. Si te gusta el cine, te llamaría la atención en ‘La Mala Educación’, de Pedro Almodóvar.
Foto de portada: deceroadoce.es