Stomvi, una empresa de Xirivella, suministra instrumentos a las mejores orquestas internacionales.
Como un propósito inapelable, parece que la meta del trompetista ha sido siempre establecer contacto con el más allá a través de la música. En la penumbra del club de jazz, el sonido celestial de corneta de Miles Davis interpelaba directamente a lo místico, a lo intangible. Esa era su intención y así se lo hacía saber al resto. «No toques lo que hay. Toca lo que no existe». Palabra de Miles.
Y no importa si uno se encuentra a 8.000 kilómetros de distancia de donde tocaba uno de los mejores trompetistas de la historia. Porque esa aspiración espiritual se comparte de forma innata con la música. Probablemente Vicente Honorato nunca estableció contacto con el maestro Davis, pero -como si el encuentro hubiera tenido lugar por ondas gravitatorias- sus prefectos son los mismos: dar forma a lo irreal.
«No me conformaba con que sonaran bien. Quería que hablaran». Se refiere a sus trompetas, las que este artesano del viento metal elabora a las afueras de Valencia. En Xirivella se levanta Stomvi, un taller menestral con carcasa de fábrica que exporta a todo el mundo algunas de las mejores trompetas, trombones y trompas. Su abultada agenda de cliente incluye a la Filarmónica de Los Ángeles, la Sinfónica de Londres o la Orquesta Nacional de España.
Fruto de otra conversación ultrasensorial entre Vicente Honorato y Miles Davis, surge la alta calidad de un producto tan apreciado. Como el músico que persigue siempre sonidos nuevos para incorporarlos a su espectáculo – la base de la evolución de la música según Davis-, estos ‘Stradivarius’ de cuerpo metálico buscan constantemente rincones inexplorados del pentagrama a través de teclas, tubos y aleaciones. Avances que crean tendencia en el mundo de la música surgidos del talento humano y natural detrás de Stomvi.
La marca es como el joven precoz que a los 18 ya ha hecho historia. En 1984 Vicente Honorato creó su primer prototipo de trompeta. 34 años después, mira cara a cara (cuando no por encima del hombro) a fabricantes como Yamaha o Bach. Y es que la firma valenciana exporta el 82% de su producción y cuenta con una distribuidora en EE. UU.
Con precios que van de los 800 a los 9.000 euros, aquí se fabrican unos 2.000 instrumentos al año a cargo de una plantilla fija de casi 40 trabajadores, entre diseñadores, torneros, pulidores y un largo etcétera. Cuando el instrumento está listo y Honorato da el ‘visto bueno’, artistas como el trompetista Pacho Flores lo ponen a prueba antes de salir al mercado.
Luego, los estantes y la lógica comercial hacen el resto. La magia de las trompetas de Stomvi está también en que su destino puede ser de lo más inesperado. Desde los músicos que acompañan a Jennifer López y Ricky Martin a trompetistas de la banda sonora de ‘La La Land’, pasando por los mejores solistas de orquesta. Seguro que si Miles Davis siguiese en la Tierra, seguiría buscando sonidos virtuosos con una Stomvi.
Fuente: Expansión / Valencia Plaza
Foto de portada: Stomvi