Esta vez Colacao no ha tenido nada que ver.
La probabilidad de haber estado en la plaza del Negrito y acordarte de más bien poco es bastante alta. Así que como para ahora venir preguntándote por el porqué de su nombre, ¿no? Pues tranquilx porque hoy vamos a poner un poco más de luz (o historia) a tu próximo terraceo o noche al raso en esta emblemática localización de Ciutat Vella.
Antes de que la negritud tomara su nombre oficial, esta zona se conocía como la plaza de Calatrava. Según Salvador Raga, autor del blog «Calles históricas de Valencia» y el libro «101 hechos legendarios de la historia de Valencia», el Rey Jaime I hizo donación de este lugar a una orden de caballeros que llevaba el mismo nombre y en ellos se edificó un convento e iglesia dedicado a Santa María de Calatrava. Entonces, ¿cómo se pasó de Calatrava a Negrito? el agua potable tiene la culpa.
El agua llegó a la plaza en noviembre de 1850 mediante la instalación de una fuente pública. Dicho elemento lo coronaba una estatua de un niño negro (por el color de los metales utilizados) y a partir de ahí, la gente le empezó a cambiar el nombre. «El negrito» le llamaban y así se quedó hasta que en 1940 el ayuntamiento cambió el nombre original por extraoficial.
La estatua del niño desapareció durante la Guerra Civil, pero poco después se instaló una réplica que hoy todavía preside la popular plaza. La próxima vez que te tomes un copa aquí lo harás siendo un poco más culto y podrás sacar un tema de debate en la conversación: ¿es racista referirse así a la figura y su plaza? Ahí queda eso.