Al final la dirección del complejo ha llegado a un acuerdo con el arquitecto Santiago Calatrava y podrán cerrar la cubierta del Àgora, que lleva sin terminar desde 2009 y cuyas piezas están abandonadas en un solar, haciendo el agosto de chatarreros y ladrones.
Eso sí, finalmente la cubierta no se cerrará con las placas en forma de dedos que pretendía usar el arquitecto, que se abrían y cerraban con un complejo sistema hidráulico. El coste de las obras según el modelo de Calatrava subiría hasta nada menos que 20 millones de euros.
Sin embargo, la solución que finalmente se llevará a cabo costará bastante menos y empezarán este mismo mes de febrero. El coste se estipula que estará alrededor de los cinco millones.
El director de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Enrique Vidal, quiso precisar que este acuerdo es independiente a la instalación dentro del Àgora del CaixaForum. “Se hubiera hecho de igual manera”, confirmó.
Uso regular del Àgora
Este edificio terminó de construirse hace siete años y nunca ha tenido un uso continuado. Pero parece que hay también una solución a ese problema. La Fundación La Caixa prácticamente ha cerrado el acuerdo para instalar allí su proyecto cultural, CaixaForum (presente ya en otras grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Zaragoza).
El poder cerrar el edificio del Àgora tiene también como objetivo acabar con los problemas de goteras y filtraciones que lleva arrastrando desde su construcción. Las lamas que iba a usar Calatrava en un principio de momento quedan descartadas. O “aparcadas”, como dice el propio Vidal.
El director de la Ciudad de las Artes aseguró que Santiago Calatrava no ha puesto ninguna objeción al proceso y de hecho ha redactado un proyecto para acabar la cubierta y hacer algunas reparaciones extra dentro del edificio. Visualmente quedará igual que ahora, pero cerrado de forma coherente.