En el término municipal de Pedreguer (Alicante) hay un jardín secreto. El de l’Albarda es un referencia en el mundo de la jardinería que no muchas personas conocen. Aquí se cuidan especies de flora mediterránea desde 1990 creando un entorno mágico y bucólico próximo a la costa alicantina y con vistas a la montaña.
Sus 50.000 m2 y más de 700 especies de plantas autóctonas son un regalo para los sentidos. Aquí encontramos colecciones de rosas, palmeras, magnolios o robles, entre otros.
Su gran biodiversidad botánica se divide en dos espacios: un jardín formal y un jardín silvestre. El objetivo es recrear los antiguos jardines renacentistas valencianos, de gran influencia árabe, y para el que han utilizado elementos arquitectónicos característicos como pérgolas, paseos, templetes o fuentes.
El ardín de l’Albarda lo gestiona Fundem, una fundación centrada en la conservación de la fauna y flora mediterránea. Todas las especies que aquí se cuidan siguen un método de jardinería sostenible, por ello se utilizan especies mediterráneas que requieren poca agua y sustancias químicas.
El jardín silvestre de l’Albarda es un libre albedrío de especies que se complementa con el jardín formal, donde árboles, arbustros y otras flores han sido recortados con formas geométricas que dotan de una belleza incomparable al entorno.
La finca de l’Albarda se puede visitar todos los días de 10 a 14 horas (del 15 de junio al 15 de septiembre se amplía el horario a la tarde, de 18 a 21 horas). No es necesario reservar, pero para acceder se paga un donativo de 6 euros (hasta 1o euros para las sesiones de tarde con música).
Con este donativo la fundación compra de terrenos de alto valor ecológico para su conservación y gestión responsable del territorio.
Fotografías cedidas por el jardín de l’Albarda.
Foto de portada: Marc Llinares (@marcllv)