El martes fue el día más fuerte de la DANA que está pasando por Valencia. A pesar de que los episodios de estos días no serán tan fuertes, la AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología, advierte que la emergencia meteorológica todavía no ha finalizado.
En una de sus comunicaciones oficiales en la red social X, antiguamente Twitter, han explicado que las peores consecuencias de las riadas no han sido en zonas que ha llovido, sino en zonas inundables.
A su vez, hemos podido ver como la periferia de Valencia quedaba cubierta de agua, mientras el centro de la ciudad parecía salvarse de las inundaciones. A continuación, te explicamos por qué ha ocurrido este fenómeno y sobre la importancia de un buen sistema urbano que sea capaz de hacer frente a estas catástrofes.
Por qué ha llovido tanto en Valencia: historia y orografía
Para entender fenómenos como los de ahora, primero tenemos que entender la historia de la ciudad. Valencia, antes de ser una ciudad romana, ya tenía asentamientos de población. Y es que su ubicación, próxima al mar y en la desembocadura del río Turia, era un enclave perfecto para el desarrollo de la sociedad y del comercio.
Si nos fijamos en otras ciudades Europeas, por ejemplo, vemos cómo también están formadas alrededor de ríos o están atravesadas por ellos. Barcelona, París, Londres, Viena o Zaragoza…
Sin embargo, a pesar de la fertilidad de la tierra en estas zonas, la lluvia puede provocar la desembocadura de estos ríos. Además, en el caso concreto de Valencia, esta está construida sobre una llanura aluvial, convirtiéndola en una zona con gran riesgo de inundación. Su orografía, plana y con un cauce, es la causante de este fenómeno.
Por último, cuando el cauce de un río baja lleno a causa de las fuertes lluvias y coincide con un temporal marítimo, como ha pasado estos días, el agua del río no puede desembocar correctamente en el mar, ya que las olas lo impiden.
Así que tenemos una doble combinación que provocan que Valencia sea propensa a las inundaciones: la desembocadura del Turia y su situación geográfica. Por eso, como ha advertido la AEMET, no se han inundado las zonas donde ha llovido más, sino las que su geografía está más predispuesta a acumular agua, que en algunos casos ha coincidido con grandes lluvias, pero en otros no.
La periferia inundada, el centro de Valencia a salvo. ¿Qué ha pasado?
Ahora que sabemos qué dos factores principales hacen que Valencia sea propensa a las inundaciones, la segunda pregunta a responder es: ¿por qué se ha inundado la periferia de la ciudad y el centro se ha salvado? Aquí, otra vez, tenemos que volver a recorrer a la historia.
La DANA del 2024 no ha sido el primer fenómeno catastrófico en los últimos años. Hace 70 años, en 1957, después de un episodio de lluvias intensas, se desbordó el río Turia en su desembocadura con el mar. Es decir, en la ciudad de Valencia. Este episodio se conoce como la Gran Riada de 1957.
La Riada provocó un auténtico caos y hubo decenas de perdidas materiales y humanas. Para evitar que esto volviera a pasar, se puso en marcha el Plan Sur. Su objetivo era desviar el cauce del Turia para evitar futuras tragedias. Así que se construyó un nuevo cauce que, en vez de atravesar la ciudad, la rodeaba. Ahora, por donde antes pasaba el río, hay un parque, el Jardín de Turia, que se fundó en 1986.
De esta manera, la ciudad de Valencia quedó protegida de las posibles futuras inundaciones, en cambio, no se destinó una inversión tan grande a los municipios periféricos y, por esto, han sufrido más las consecuencias de la DANA.