El sábado era nuestro aniversario. Mi chico y yo hacíamos dos años de amor y como buenos amantes de la comida, íbamos a celebrarlo cenando en un buen restaurante. Habíamos decidido ir a Komori, uno de los mejores restaurantes japoneses de Valencia, Hasta ahí todo bien. Pero una semana antes de la fecha, tuve un pequeño contratiempo. Me rompí una pierna. Sí, la izquierda para ser más exactos. Así que el tema de cenar en un restaurante lujoso, se nos fue al garete. Pero queríamos seguir celebrándolo… ¿Cómo podríamos comer en un restaurante de primera calidad sin tener que movernos de casa?
Y ahí fue donde descubrimos Experiencia Kirei: podíamos tener la calidad del grupo de restauración japonesa Kabuki (poseedor de cuatro estrellas Michelin) en nuestra propia casa. Con la mejor materia prima ofrecida por Pescanova, y elaborado por el equipo del chef Ricardo Sanz, era sin duda la mejor opción a nuestra cena romántica frustrada.
Entramos en la web para elegir nuestro menú de aniversario y pronto llegamos a la misma conclusión: no sabíamos qué elegir. Todo tenía demasiada buena pinta así que decidimos pedir el menú para dos. Además nos salió más barato porque con el código BIENVENIDA, tienes el 10% de descuento en cualquier pedido que hagas a Experiencia Kirei, si es el primero que haces. Por cierto: el envío se puede realizar a cualquier punto de la España peninsular; no hace falta que vivas en una gran ciudad para disfrutar de Kirei.
El caso es que realizamos el pedido un miércoles y elegimos que nos lo trajeran el sábado por la mañana, para poder tener nuestra cena romántica por la noche. Debes hacer el pedido con un mínimo de 48 horas de antelación, ya que los ingredientes se preparan justo el día de antes a tu cena/comida. Y no te preocupes de nada: el envío es refrigerado así que todo llegará a tu casa en perfecto estado.
Llegó el pedido en el periodo de tiempo previsto y ahora tocaba lo “más complicado”: prepararlo todo para la cena. Y es que para que todos los platos mantengan el sabor y el frescor, Experiencia Kirei te los manda empaquetados individualmente y al vacío para que tú le pongas el toque final a los platos. Cada uno de ellos lleva las instrucciones de cómo prepararlos y los condimentos que debe llevar. Si aún así sigues sin verlo claro, en la web podrás encontrar vídeos que te enseñan cómo deberías prepararlo todo.
Ya lo teníamos todo preparado. Encendimos las velas, coloqué mi pierna rota en un cojincito para más comodidad, y comenzamos nuestra cena. El primer plato, para ir entrando en calor, fue la sopa miso. Después les tocó el turno a los nigiris, que tardaron poco en desaparecer, y es que cualquiera se controla con el salmón, el pez mantequilla con trufa, el pescado blanco y la viera con sales. Mientras, picoteábamos del usuzukuri de gambón (el preferido de mi chico, amante irracional de todo lo que tenga que ver con las gambas) y del ceviche de pescado blanco, el cual reconozco que prácticamente me lo devoré yo.
Mención aparte merecen el tartar de salmón picante y el tataki de atún, que tardamos más en colocarlos en el plato que en comérnoslos. La cebolleta del primero y el puré de manzana del último, les daban un toque muy especial. Y qué mejor que quedarnos con los sabores de los negitoro maki (atún con un poco de cebolleta que eleva el sabor) y los akuma futomaki (salmón con cebolleta y mayonesa picante, cubierto con huevas de pez volador maceradas en wasabi) para terminar la cena con buen sabor de boca.
No hace falta decir que la cena no pudo ser mejor; que consiguió que se me olvidara mi pierna rota y que desde ese sábado, mi chico y yo hablamos de los días como “a.K.” o “d.K” (antes de Kirei o después de Kirei).