El reciente éxito de la cocina valenciana siempre ha tenido un acompañante imprescindible: el cava. Este bien culinario, reservado durante años a la producción catalana y a los franceses en su vertiente Champagne, vive un momento de oro en la Comunitat Valenciana.
Requena se ha convertido en los últimos 5 años en la capital del cava valenciano con cientos de bodegas que han apostado por explorar su producción. Las bodegas vinícolas de la Comunitat han enfocado su producción a una reducción de la cantidad en favor de la calidad y ahí el cava ha sido uno de los grandes beneficiados.
Desde dentro del sector se reconoce que ahora mismo un buen de restaurante de Valencia puede contar con un 40% de vinos autóctonos, y entre los que no faltan variedades de cava. En los últimos 15 años se ha pasado de la vergüenza al orgullo a la hora de recomendar vinos valencianos.
Bodegas históricas como Mendoza, Celler del Roure y Mustiguillo han sido las precursoras de una tendencia que ya ha hecho que el resto de productores se pongan a rueda.
Y de aquellos barros, estos lodos. La Denominación de Origen Requena de cava ha sido la gran sorpresa durante los últimos años hasta el punto de romper el monopolio catalán sobre esta bebida. En 2014 se vendieron 4 millones de botellas y el año pasado la cifra alcanzó los 8 millones, según datos Consejo Regulador de la Denominación de Origen Utiel-Requena. Una venta también favorecida por la situación del procés catalán.
Actualmente ocho bodegas componen esta denominación y 50 Great Cavas ya ha premiado con una Medalla de oro al cava Brut Reserva Especial de Dominio de la Vega, mientras que Tantum Ergo Rosé, de bodegas Hispano Suizas, se ha alzado con el premio a mejor vino espumoso de España para la prensa especializada.
Foto de portada: Pago de Tharsys