
Si hoy tuviéramos que crear una bandera para representar al barrio de Benimaclet, seguro que el edificio Espai Verd estaría en el centro a modo de escudo. No hay un edificio en todo el barrio (ni siquiera el cinematográfico Trencadís) que aúne tan bien la cultura abierta, cercana y cosmopolita de esta zona de Valencia.
Espai Verd es uno de los núcleos residenciales más impresionantes de Valencia por su arquitectura brutalista. Se construyó en la década de los 90 por el arquitecto Antonio Cortés Ferrando y la idea del complejo era aplicar un modelo habitacional basado en la vida en comunidad y la ecología.
Como gestionado como una cooperativa, Espai Verd estableció una estrecha colaboración entre arquitecto y residentes para decidir en qué lugar y de qué forma querían vivir. El resultado fue un complejo de formas rompedoras, compuesto por 108 viviendas, con una difusa separación entre el ámbito privado y publico.
La vegetación es otro de los pilares clave de esta construcción, omnipresente en balcones, terrazas y patios interiores. Desde fuera, de hecho, da la impresión que estas plantan han tomado algunas zonas del edificio, creando de forma natural espacios de privacidad y armonía interior.
Recientemente, la iniciativa europea #SOSBrutalism lo ha reconocido como una de las joyas arquitectónicas dentro de su estilo, el brutalismo. Esta rama de la arquitectura se inspira en el trabajo del arquitecto suizo Le Corbusier y reivindica el uso del hormigón con valor estético para las estructuras y elementos constructivos de los edificios.
Si quieres verlo de cerca tendrás que acercarte a la calle Músic Hipòlit Martínez, 16, u observarlo desde la Ronda Norte, junto a la rotonda que une Benimaclet con el campus de Tarongers.