Desde La Canyada hasta Suecia pasando por Marruecos, Senegal, Francia o Sri Lanka y de vuelta al Cabanyal. Las obras de Dridali, que representan rostros anónimos y de personajes conocidos, llenan las calles de ciudades de todo el mundo.
Seguramente te habrás cruzado con más de una de sus obras caminando por Valencia. Es la ciudad que más obras concentra de este artista valenciano. Sus murales están plagados de realismo, con detalles y expresiones faciales recreadas al detalle.
Dridali ha pintado rostros como el de Nelson Mandela, María Teresa de Calcuta, Camarón, Diego ‘El Cigala’, Wiz Khalifa, Gandhi, Dalí o Morgan Freeman, entre otros. Su obra de estilo hiperrealista usa principalmente la técnica del spray.
Detrás de los botes de pintura está Adrián Mateo, un joven valenciano que empezó en el arte urbano en 2017 como un hobby. Ahora, el pasatiempo se ha convertido en su forma de vida, tiene empresa propia y un estilo artístico único.
Además de pintor, Dridali es también tatuador en Matata Ink Studio, donde plasma también su creatividad en la piel de los clientes. «Es fascinante crear obras tan efímeras en los muros y tan eternas en las pieles», explica el artista, que ve también como una gran suerte pintar en el museo más grande del mundo: la calle.