El bollo más vendido del mundo celebra hoy su día internacional.
¿Qué es lo que hace que un croissant sea perfecto? Como todo arte, tiene sus secretos, pero estaremos de acuerdo en que uno que cumpla con los cánones de la pastelería francesa tiene que tener unas extremidades crujientes, un exterior dorado y chasqueante y un interior tierno e hilado. Y también hay un color que lo diferencia del resto: la pasta amarillenta por una buena dosis de mantequilla.
Es el bollo más universal del planeta y tiene hasta un Día Internacional dedicado a él que se celebra hoy. Por eso hemos salido a buscar las pastelerías de Valencia que bien podrían vender este bollo tan famoso en el centro de París.
Horno Pastelería Alfonso Martínez
Arrancamos la lista con un clásico. La opinión sobre los croissants de esta pastelería es unánime en toda València. Se caracterizan por tener cuernos, estar bien tostados, de tamaño más bien grande y asimétricos, lo que nos garantiza que se han elaborado manualmente. Su receta (secreta) viene de lejos y los encontrarás cerca del Mercado Central.
Carrer d’Ercilla, 17.
Cifre Solaz
Una bomba. Así definiríamos al croissant de este horno que tiene dos locales en Valencia. Una pasta con sabor a mantequilla, pero complementada con avellanas y azúcar glas por encima que sustituye al brillo tradicional que refleja la piel de este dulce. Con solo ver la foto entran ganas de pegarle un bocado.
Avenida Campanar, 5 / Constitución, 246.
Horno Casani
En este horno también optan por unos cruasanes grandes con cornamenta mientras que los pequeños los rellenan con oro negro. Y por eso es otra de las pastelerías con reputación en la ciudad por su variada y excelente repostería. Para nuestro gusto, su croissant tiene el almíbar justo que equilibra el contraste entre el dulce y salado, y no lo hace muy pegajoso. Un paraíso del hojaldre en el barrio de Patraix.
Plaza Jesús, 107.
Pastelería El Taller
Sabor a mantequilla, tamaño correcto y un rasgo característico: los cuernos no son curvos. La receta de El Taller tiene estilo propio y en el barrio de Benimaclet la clientela lo sabe. Su fama en el barrio ha hecho que se convierta en un templo de un bollo con tanta historia. De esos lugares en los que al entrar el aroma a croissant (y mantequilla) lo impregna todo. ¡Qué gusto!
Carrer de la Guàrdia Civil, 10.