Dos símbolos polémicos de los barrios de Orriols y la Cruz Cubierta podrían tener los días contados.
Para cualquier niño del barrio de Orriols, atravesar el agujero que une la calle Baeza con Agustín Lara era siempre un acontecimiento. Lo más parecido a pasar a otra dimensión en la vida real. Después, conforme pasaban los años, la ilusión se transformaba en hartazgo y el hueco se convertía más bien en una particular versión del muro de Berlín dentro del barrio (salvando las distancias). Décadas y décadas pasaban mientras los vecinos convivían divididos por una pared.
Conocido como el «agujero de la vergüenza«, esta abertura podría tener hoy los días contados. El Ayuntamiento de Valencia planea ejecutar un plan urbanístico durante este año que vuelva a unir ambas calles. El plan estaba inicialmente previsto para 2017, junto con la amplicación de la denominada «acera de la muerte» en la Cruz Cubierta, pero todavía sigue pendiente.
Ahora que el consistorio anuncia que retoma el proyecto de la calle San Vicente 233 para acabar con una de las aceras más estrechas y peligrosas de Valencia, podría reactivarse también el proyecto de Orriols. De hecho, la Junta de Gobierno Local aprobó la semana pasada la evaluación ambiental del proyecto que una entidad privada había presentado para Orriols.
Detrás de ambas reivindicaciones históricas hay un conflicto urbanístico enquistado desde hace más de 20 años y en el que están involucrados propietarios privados. En el caso de Orriols, la solución pasaría por la apertura de la calle de Agustín Lara hasta la avenida de la Constitución eliminando los edificios y solares intermedios. En el otro, en cambio, pasa por ampliar la acera a costa de ganar terreno al solar privado (calificado como red viaria y de cesión obligatoria por los propietarios).
Aunque los proyectos han dado un paso importante en la última semana, los propietarios de los edificios y solares de Orriols tienen que dar el visto bueno. Si lo hacen, Valencia solucionará dos reivindicaciones que duran ya más de 25 años.
Vía Levante-EMV / Las Provincias
Foto de portada: Levante-EMV