La Ruta era irse de casa un jueves por la noche y volver un lunes por la tarde; era fiesta, mescalinas y New Wave; era ‘Destroy‘, pero nunca quiso ser ‘Bakalao‘. El apellido de la movida valenciana marcó una época en términos mediáticos, pero todas las personas que formaron parte de uno de los mayores movimientos culturales surgidos en Valencia no quieren saber nada de este nombre.
Lo de ‘Ruta del Bakalao‘ hoy puede ser un sinónimo más para referirse al peregrinaje que miles de jóvenes realizaban cada fin de semana entre Barraca, Chocolate, N.O.D o ACTV, entre otros. Pero por aquel entonces, hablar de Bacalao con «K» se limitaba a la prensa y aspectos negativos de la fiesta asociados a las drogas, los accidentes de tráfico y el hundimiento general de una generación.
Peor, ¿fueron los medios de comunicación quienes de verdad crearon el término? La historia y el saber popular, recogidas en el libro ¡Bacalao! de Luis Costa (Ed. Contra), parte de otras bases para explicar el término y se remonta a unos cuantos años antes de la década de los 90.
Una de las versiones más aceptadas sobre el origen con «C» se sitúa en la tienda de discos Zic Zac en voz de Juan Santamaría. Cuando los temazos de importación llegaban, los clientes exclamaban «¡Vaya bacalao! Esto es bacalao del bueno». El propio Santamaría lo explica así.
Un chaval de Sagunto venía a Zic Zac con un disc-jockey bastante famosillo de esa zona. Se ponía los casc0smy se ponía a escuchar música allí solo. Y un día de repente dice, ‘¡vaya bacalao!’. Y todos mirándole: ¿y este tío? Al rato volvía: ‘¡Che! qué bacalao, bacalao de Bilbao, qué bacalao. Esto sí que es un bacalao, tío’. […] Al cabo de un tiempo todo el mundo: ‘¡Vaya bacalao! […] Bacalao era New Order, The Smiths, maxis con remezclas y cosas así.
Esta acepción también la corroboran otros testimonios de la época como Jorge Albi o Juanito «Torpedo». Pero hay más.
Otros testimonios que recoge el libro apuntan a un origen vinculado con las mescalinas, la droga más famosa de la época, y los efectos del alcohol. «Ai, mare, quin bacalao que porte, che!» se escuchaba en las pistas de baile o se buscaba «bacalao» como sinónimo de droga. De ahí surge otra referencia, apuntada por Joan Oleaque en el libro, que hace referencia al buen ambiente de la fiesta y una pista de baile abarrotada.
El tercer origen se sitúa en la playa de Pinedo según otros testimonios del libro como Fran Lenaers. Un pub con el nombre de Vakalao, próximo a The Face, dio lugar a esta palabra. Como se pinchaba música techno o «algo de caña» en Vakalao, pues se habla de sonido bacalao. «Queremos el bacalao ese», decía la gente.
Estos tres son los orígenes más aceptados de una palabra que marcó un antes y un después en Valencia. Más tarde se asociaría más a la música electrónica que se pinchaba en aquellas fiestas, eventos alternativas y a contracorriente por lo que la palabra adoptaría una «K» como símbolo más canalla o anárquico.
Pero el inicio no fue nada más que un comentario entre amigos, compañeros de salidas nocturnas y la apuesta por la vanguardia musical de cuatro personas a principios de los 80 en el litoral.
¡Bacalao!, de Luis Costa, cuenta con 366 páginas de historia popular y documental sobre la Ruta. Es una lectura obligatoria para entender lo que de verdad pasó en aquellas dos décadas, cómo se gestó todo y que, además, sirve para recuperar la nitidez en un montón de recuerdos borrosos asociados a aquel periodo.