
Sí, puede que tú presentes a tu encantadora ciudad como lo mejor del mundo, que no te gustaría vivir en otro lado, que aquí es donde mejor se vive, etc. Sí, puede ser, pero no me digas que no cambiarías algo de aquí. No me lo digas ¡porque no me lo creo! Todos tenemos nuestras manías y por supuesto, nosotros no íbamos a ser menos. Nos encanta nuestra ciudad pero seguro que hay alguna cosa que odias de Valencia.
Los chulos
Esos que se pasean con sus coches por la Avenida con la música maquineta a todo trapo. “Ehhh qué pasa teta, ¿te llevo a algún lado?” No, gracias, simpático. Mira que la oferta es tentadora, pero prefiero ir a limarme los callos, que he quedado con mi podólogo.
La humedad
Esta es una de las cosas malas que tiene tener playa. Y tú miras con envidia a esa gente de interior que puede salir sin preocuparse del estado de su pelo. “Yo es que nunca me lo seco con secador, se me queda así al aire”. Pedazo de hij@ de p***,¡deja de restregarme tu fortuna a la cara!
Aparcar en el centro
No lo intentes. Por muy positivo que te sientas. No lleves el coche al centro de Valencia si de verdad quieres hacer algoque no sea buscar un sitio toda la noche.
Los gimnasios
Qué obsesión tiene la gente con estar todo el día en forma… ¿Dónde han quedado esas pequeñas barriguitas, esas nalgas contoneantes que se movían al ritmo de las olas? Esta obsesión por el cuerpo perfecto me dirige cada vez más hacia un mundo de depresión y de constante intento por mantenerme en la operación bikini.
La obligación al bronceado
Resulta que ya que vas al gimnasio, tienes que darte unas sesiones de rayos UVA ya de paso. Parece que vivir en una ciudad con playa está directamente relacionado con el bronceado de tu piel. Yo soy blanca, bastante, y me va sentando cada vez un poquito peor esa frase de “uy, ¿por qué estás tan blanca? ¿estás enferma?”.
Los sustos de Las Fallas
Sí, a todo el mundo en Valencia les gusta Las Fallas. ¿A todo el mundo? ¡No! Una legión de incombustibles valencian@s se resiste cada año a sucumbir al gentío popular. ¿El motivo? Los sustos que te das cada vez que alguien decide que es muy gracioso tirarte un petardo al lado cuando tú estás pensado en tus cosas.
La marabunta playera
¿Es que no hay más playas en el mundo? ¿Por qué todos los veranos tienes la sensación de tener medio planeta en La Malvarrosa? ¿No te parece que cada año hay más gente? Qué pesadilla de verdad. ¿Algún día conseguirás un buen sitio en la playa un domingo de agosto? Sigue soñando.
La fama de chonis
Parece que no hay más macarras en el mundo, oye. Pues sí, aquí hay chonis, en masculino y femenino, pero de ahí a que sólo haya eso.. “Ah, ¿eres de Valencia?” Y te miran con cara de superioridad… En fin, cabeza alta, que la ignorancia es muy atrevida.
Los días de fútbol
Sí bueno, es cierto que tampoco es que sea una gran aficionada al deporte rey pero, es que me da tanta pereza ver cómo se ponen los alrededores del Mestalla, el camino hacia el estadio o el por saco que da la gente con el partido… Y ya no te digo nada cuando uno de los invitados es el Madrid o el Barça, ¡para qué queremos más!