Nunca es demasiado tarde. Y más si existe Internet. Hasta hace unos días, Concha G. Zaera (@conchagzaera) era una abuela como otra cualquiera que le gustaba pasar tiempo con su familia y sus amigas. En sus ratos libres, su pasión por el arte se volcaba en pintar cuadros con el ordenador que después compartía en su círculo más cercano. Hasta ahí todo normal, pero esos cuadros tenían una dificultad añadida que hacían del trabajo de esta valenciana algo excepcional: estaban realizados en Paint, el mítico programa de dibujo de Windows.
Cualquiera ha hecho sus pinitos con este software, pero lo más seguro es que no hayas ido más allá de utilizar la herramienta para dibujar a mano alzada y el spray. Por eso cuando una de las nietas de Concha vio las representaciones que su abuela hacía con este arcaico programa, le dijo: «Abuela, tú tienes que tener una cuenta en Instagram«.
Al principio, el detalle de la nieta a la abuela se quedó en 360 seguidores. La artista no le daba importancia. Pero un tweet y una campaña en redes alabando su trabajo han hecho que Concha se convierta en una influencer del arte digital con más de 55.000 seguidores a la hora en la que se está escribiendo este artículo.
Sus obras representan desde paisajes y lugares valencianos reconocibles hasta retratos de objetos donde se respeta hasta el más mínimo detalle. Y todo sin coger un lápiz ni una tableta digital, solo el ratón del ordenador. Su pulso, cuanto menos, también es envidiable.
El secreto, dice Concha, está en muchas horas, infinitos borradores y grandes dosis de paciencia. Nosotros le añadimos el tener un talento innato para el arte y con el que no importa qué método o programa se utilice. Desde luego, nos ha devuelto la fe en el Paint de Windows.