Desde 2007, 135.000 valencianos se han quedado sin oficina bancaria en su municipio, o lo que es lo mismo, casi el 3% de la población de la Comunidad Valenciana convive sin un servicio considerado básico, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas.
A pesar del auge de la venta online y del uso de la tarjeta de crédito -sobre todo durante la pandemia-, hay un sector importante de la población que no se ha podido adaptar y necesita una oficina física. Más aún, en municipios pequeños donde la población anciana es predominante por culpa del envejecimiento demográfico.
Con el fin de contarrestar los efectos de la despoblación, la Generalitat Valenciana ha decidido iniciar un proyecto para instalar 135 cajeros en 124 municipios -y algunas pedanías- del interior de la Comunidad Valenciana. Para ello, destinará 8 millones de euros en un proyecto que se llevará a cabo en menos de seis meses y contará con la colaboración de Caixabank.