En México los chapulines son un acompañamiento bastante común de tacos y quesadillas. En China arañas, escorpiones y larvas se venden como brochetas en puestos callejeros. Lo mismo pasa en Tailandia y en Ghana son una fuente de proteína ante la escasez de alimentos. La Unión Europea los acaba de regular este año ante la evidencia que el mundo quiere y puede comer insectos.
España sigue siendo uno de los pocos países de la Unión que todavía no ha legislado su consumo en base a las directrices europeas. Eso no ha impedido que durante los últimos meses hayan surgido pequeños proyectos basados en esta nueva alimentación o que grandes superficies como Carrefour vendan grillos en sus estantes.
Uno de esos nuevos filones lo está explotando la empresa valenciana Insecfit, creada por Gabriel Vicedo y Alberto Mas, con la venta de barritas energéticas hechas con harina de grillo.
¿Por qué nos comemos una gamba hasta el punto de casi adorarla y nos provoca aprehensión un grillo frito? El rechazo cultural y visual juega un papel fundamental en esta percepción, así lo demuestran algunos estudios y eso es contra lo que están luchando desde Insecfit con la comercialización de estas barritas.
Aunque la base del producto es grillo deshidratado y molido – que en el paladar recuerda al sabor de la pipas – se venden con tres gustos principales: frutos secos y chocolate; yogur y fresa; y chocolate puro, piña y coco. «Queríamos aprovechar las ventajas nutricionales y romper la aprehensión que los insectos generan. En una dosis individual hay 5% de grillo y 34% de proteínas, lo que viene a ser unos 10 gramos de proteína en cada barrita. Por cada 100 gramos de producto, estamos hablando de 2,5 veces más proteína que la ternera o hasta 3,5 más que el pollo», explica Alberto Mas.
Estas barritas se pueden tomar como un tentempié durante el día o como suplemento alimenticio antes y después de la actividad física. También las pueden tomar celíacos porque no hay ni rastro de gluten y entre sus otros beneficios están unas altas dosis de hierro y Omega 3.
Próximamente Insecfit tiene pensado lanzar al mercado pasta alimenticia con un porcentaje de harina de grillo como spaghettis, fusilli o macarrones junto con otros productos a partir de insectos como el Tenebrio Molitor (o gusano de la harina).
La comercialización de insectos y productos derivados plantea también una pregunta que tarde o temprano habrá que resolver: ¿es esta la solución para hacer de la ganadería un sector sostenible? El crecimiento demográfico y el elevado consumo de proteínas avocan a una desmesurada explotación de recursos naturales para mantener la ganadería, tal y como apuntan diversos estudios. Los bichos podrían convertirse en solución universal.