Los bajos del centro de Valencia esconden un secreto. Por su historia y su arquitectura, los Baños del Almirante son un espacio único en la ciudad ajeno a las grandes masas de turistas. Aunque a simple vista puedan parecer herencia clara del Al-Ándalus, curiosamente estos baños públicos son una construcción medieval de la época cristiana.
Fueron construidos en 1313 por Pere de Vilarasa durante el reinado de Jaime II junto al Palacio de los Almirantes de Aragón, siguiendo un estilo mudéjar con el objetivo de recrear los baños de vapor árabes originales (Hammam). Estos espacios actuaban como un centro de vida social para las clases más desfavorecidas en las ciudades de la época, además de ser un enclave para la higiene y el relax.
Los baños están compuestos por tres salas: la sala fría, tibia y caliente. Siguiendo ese orden, se pasaba de una sala a otra aprovechando que cada estancia está comunicada por pequeñas puertas. Los tragaluces estrellados del techo aportan un encanto especial al lugar, pues son las únicas entradas de luz natural en estos bajos.
El espacio ha sido reformado en varias ocasiones. Durante el siglo XIX se quiso adaptar la arquitectura a un estilo neoárabe. Pero, en 1963, se reconstruyeron para devolverles su aspecto original. Desde ese año, un gimnasio ocupó las instalaciones hasta 1985 cuando la Generalitat compró el edificio.
Durante años ha sido imposible visitar estas salas, pero desde octubre de 2016 estamos de suerte. Se puede entrar de martes a viernes, entre las 10:00 a 18:00 horas. Los sábados y domingos, el horario es reducido, de 9.00 a 14.00 horas. La entrada es gratuita.
Haz clic aquí y consigue tu entrada para visitar estos baños con mucha historia.
Calle de los Baños del Almirante, 3-5.
Foto de portada: Valencia Plaza