Quienes se hayan fijado un poco mientras esperan para embarcar en un vuelo desde el aeropuerto de Valencia, habrán visto un enorme avión blanco y fucsia aparcado cerca de la pista de despegue. No importa el día que vayas, él siempre está ahí, en el mismo lugar y sin que nadie se ocupe de él.
Esta enorme aeronave es un Boeing 747, conocido popularmente como «Jumbo», de la compañía Pronair. Posiblemente el nombre de la compañía no te suene, pero pertenecía a un empresario murciano, Isidoro Romero López, quien al calor del ‘boom’ inmobiliario de 2006 decidió meterse en el negocio aeronáutico.
Primero lo hizo con dos aviones McDonnell Douglas MD-87 para el transporte de pasajeros. Y apenas un año después, en 2007, se lanzó al transporte de mercancías con la adquisición de dos antiguos B-747. La aventura duró poco y con la llegada de la crisis y las deudas en 2008, Pronair entró en quiebra.
Desde entonces, el avión no se ha movido del aeropuerto valenciano. La Guardia Civil lo precintó en su día debido a las deudas de la empresa de Romero y en diciembre de 2020 se dio a conocer la noticia de que Aena, la empresa que gestiona los aeropuertos españoles, lo subastará próximamente.
Según la web puentedemando.com, también se ha solicitado que el avión sea cedido a instituciones culturales o universitarias de la Comunitat Valenciana como pieza de museo o ejemplar para el estudio aeronáutico. Mientras se decide su futuro, podrás seguir viéndolo durante el despegue desde el aeropuerto de Manises.