Tal día como hoy hace 210 años, Valencia se sublevó contra las tropas de Napoleón.
Tal día como hoy hace 210, un pobre palleter le declaraba la guerra a Napoléon. «Viva Fernando VII y muerte a los traidores», exclamó. Se llamaba Vicente Doménech, pero todo el mundo le conoce como «El Palleter». Su frase, pronunciada en las escaleras situadas a la derecha de la Lonja, ya ha quedado grabada en la historia de Valencia.
La conversación quedó recogida en «Sucesos de Valencia desde el día 23 de mayo hasta el 28 de junio del año 1808» pero, ¿qué sucedió antes para llegar a esta revolución? El palleter, que era un buen «valencianot» de Paiporta, seguro que tiró de frases típicas valencianas para alentar a los suyos. La conversación pudo haber transcurrido tal que así.
El tratado de Fontainebleau en 1807 había dejado a los franceses campar a sus anchas por la península y las noticias que llegaban de Madrid no eran muy positivas. Ante la invasión, el pueblo se había levantado contra Napoleón en el famoso Dos de Mayo. Ante las noticias y el avance del ejército francés hacia Valencia, el ambiente se había vuelto tenso y Vicente Doménech dijo: «Ie, nem a fer-se’n una a la plaça?«.
Vestido de saragüell, el huertano se reunía con otras personas para leer conjuntamente el periódico, con las últimas noticias que llegaban desde la capital. El rey iba a abdicar en favor del hermano de Napoleón, José Bonaparte (Pepe Botella para los amigos). Entre el público empezaron a surgir los primeros «me caguen la mare que la parit al fill de puta ixe», «me caguen Déu» y «la mare que va». Los más excitados respondían a los escépticos con el típico «com si menjares peres i les cagares senceres«. No se creían lo que el sangonereta de Pepe Botella acababa de hacer.
En eso, ante las malas noticias, alguno bajaba los brazos y se recogía ya para casa. Pero el Palleter siempre se mantuvo firme gritándoles el típico «ie, fills de puta, on aneu? Ací o follem tots o la puta al riu». Y acto seguido se hizo un breve silencio que enmudeció la plaza. Todos mirando al palleter, que no decidía a hablar, mientras de fondo los más impacientes exclamaban: «Pareixes Paco l’Explicaor, quin romancero, xé!«.
Y en una de esas, Doménech se quitó la faja de su traje de saragüell para trocearla en pequeños trozos y repartirla entre los que le rodeaban en las escaleras que comunican la Lonja con la plaza del Dr. Collado. «Torna-li la trompa al xic. A voras Hulio la que lia. Va com cagalló per sèquia», comentaba en voz baja uno de los más escépticos. El trozo más grande se lo quedó para él a modo de bandera, mientras en la otra mano mantenía un papel sellado que rompió en pedazos mientras proclamaba la histórica frase que le hizo famoso.
Acto seguido, todas las personas allí congregadas pisotearon simbólicamente los trozos de papel como respuesta contra la orden dada por el gobierno de Madrid de reconocer a José Bonaparte como rey del país. El público se crecía ante el Palleter. «El Pepe Botella ixe no té vergonya ni la coneix», decía uno. «Ja voràs, com vinga per ací, li caurà una ensalà de hòsties que voràs«, exclamaba otro. Y así se levantó el pueblo valenciano contra los franceses.
El resto es ya historia. El asedio del ejército francés, las marcas de los cañonazos en las Torres de Quart o el cuadro de Sorolla que representa precisamente el momento narrado anteriormente. en palabras de un soldado francés, parece ser que las palabras de Vicente Doménech surtieron efecto. «Hemos atacado Valencia y […] nos hemos encontrado una resistencia sin igual. No hay en el mundo villa fuerte, castillo sin fortaleza que haya defensa más activa ni más obstinada. Los valencianos se han defendido con honor y se han batido con una heroicidad sin par». A fer la mà, Napoelón!