Este espacio ha cerrado sus puertas al no superar la crisis del coronavirus. En este artículo recordamos cómo era y qué ofrecía al público visitante.
Aquí la estrella no es ni la decoración, ni la comida ni el enclave (que también), sino los gatos que te acompañan mientras te tomas tranquilamente tu café. A espaldas del Botánico se encuentra El Passatge dels Gats (C/Túria, 28), un espacio que se ha convertido en el primer Cat Café de Valencia.
Siguiendo una moda que se ha extendido desde Japón hacia el resto del mundo, esta cafetería es para un gato lo que un parque de bolas para un niño. Tienen de todo para que se sientan cómodos mientras la gente les observa.
Gracias a la colaboración con la Asociación Adaana, este café de Valencia se encarga de adoptar felinos de la calle, para mostrarlos en su local para que puedan ser acogidos por personas. Todos los felinos están esterilizados, vacunados y desparasitados para facilitar la adopción.
Eso sí, hay que seguir una serie de normas para no perjudicar al bienestar de los gatos. Lo primero es que para venir hay que reservar a través de su página web. Hay cuatro modalidades de reserva: bronce, que incluye poder pasar 30 minutos con los gatos; plata, 60 minutos y bebida incluida; oro, con bebida y aperitivo, y por último platino, con un ‘snack’ más elaborado.
Tampoco se puede acceder con gatos u otros animales ajenos, no se les puede dar de comer y hay que respetar su espacio y descanso, entre otras que puedes consultar en su web. En general, el concepto de este café es concienciar sobre el valor de la adopción de animales y el cariño y respeto hacia ellos.
Foto de portada: Passatge dels Gats