Desde que tocó fondo hace 4 años, el precio del alquiler en Valencia se ha disparado un 40%. En el camino hacia el ‘boom’, solo Barcelona le sigue la estela (48%); Madrid se ha quedado cortada (27%). Alquilar hoy un piso dentro de los límites de la ciudad del Túria se ha convertido (casi) en misión imposible. Los datos hablan por sí solos.
El salario neto medio de un valenciano es de 1.435 euros, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial elaborada en 2016. Un 1,1% más que el año anterior, pero en ese mismo periodo los alquileres en el cap i casal subieron en torno al 9 %, según Fotocasa. Y para alquilar un piso sin avales, hay una regla básica que suelen seguir las inmobiliarias y particulares para aceptar a un inquilino: que el alquiler no supere el 30% de su salario. Con estas cifras, una persona soltera podría permitirse un alquiler de 430 euros. ¿Es posible?
Buscamos en Idealista bajo el único criterio de un precio máximo de 450 euros. Zona ponemos «Valencia ciudad», dentro de la V-30. De un total de 3.463 solo podemos aspirar a 37 casas. Según estos criterios el mercado nos empuja principalmente hacia la periferia: San Marcelino, Poblats Marítims, Torrefiel, Malvarrosa, Orriols. Pero, contra todo pronóstico, una excepción se cuela en la lista: Ruzafa.
Salvo contadas excepciones, la mayoría de los pisos en estos barrios presentan unas características aceptables. Los hay de 40 hasta 100 metros cuadrados, con una o varias habitaciones, algunos exteriores, espaciosos e incluso reformados. Eso sí, la visita a Ikea está asegurada porque la mayoría están sin amueblar.
Los datos también reflejan otra cara de la situación del alquiler en Valencia: el centro se está volviendo prohibitivo. Salvo contados casos en Ruzafa, con un sueldo medio no encontraríamos apenas pisos. Extramurs, Campanar, Eixample, zona de Blasco Ibánez o incluso Beniferri están fuera de nuestro alcance. Las burbujas amarillas de Ciutat Vella son «maravillosos» zulos de menos de 30 metros cuadrados.
Para conseguir un piso en esta zona de Valencia habría que ampliar la horquilla máxima de precio hasta un mínimo de 600 euros. Y con un sueldo medio no da; se necesitarían avales, dedicar entre el 40-50% del sueldo al alquiler o compartir piso con pareja o amigos. Seguir ampliando el radio de búsqueda a todo el área metropolitana sería otra opción, pero entraríamos en otro problema crónico de de Valencia: el transporte
¿Cómo se ha llegado a esta situación? La respuesta está en Airbnb, los cambios en la ley de Arrendamientos Urbanos para reducir de 5 a 3 años los contratos de alquiler y en la recuperación de la venta de inmuebles y la construcción. 10 años después de la crisis, vuelven expresiones como boom, burbuja o el clásico ya ha tocado techo. Mientras, para muchos jóvenes emanciparse se ha convertido en una pesadilla.
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Foto de portada: Público.es